La campaña ha empezado. Donald Trump anunció hoy la retirada unilateral de Estados Unidos del principal tratado de limitación del comercio de armas de Naciones Unidas. Lo hizo en un acto de carácter electoral organizado por la Asociación Nacional del Rifle, el gran ‹lobby› de las armas. Por sorpresa, el presidente sacó durante su discurso una carta en la que da al Senado la orden de retirada del tratado internacional y la firmó con un rotulador negro entre vítores de una multitud enfervorecida.
«La única forma de detener a un mal tipo es que un buen tipo tenga un arma”, proclamó Trump en su discurso en Indianapolis, dedicado a levantar pasiones entre los miles de congregados, opuestos todos ellos al control en la tenencia de armas. A todos les prometió el presidente que pedirá al Senado que le envíe el texto del tratado, negociado por su predecesor, Barack Obama, para “tirarlo a la basura en el Despacho Oval”.
Tras una semana crítica en que ha aguantado el temporal de la revelación del informe sobre la trama rusa elaborado por el fiscal Robert Mueller, el presidente volvió ayer al lugar en que se le nota más a gusto: los mítines de campaña. A una audiencia tan agradecida como es la de la Asociación Nacional del Rifle, Trump prometió facilitar aún más la tenencia de armas, acabar de construir el muro con México e impedir que el socialismo desembarque en EE.UU. de la mano de los demócratas.
Por si cabía alguna duda de por qué se encontraba en aquel foro, el propio presidente proclamó: “Más os vale ir a votar. Ya sé que parece que queda mucho para las elecciones de 2020, pero no están tan lejos”.
Las revelaciones del informe Mueller —que no acusa al presidente de ningún delito pero detalla posibles intentos de obstaculizar las investigaciones sobre la trama rusa— han dividido a los demócratas. En un lado están aquellos que quieren recusar a Trump por la vía del ‹impeachment› y en otro están quienes prefieren debilitarle con investigaciones en el Capitolio sobre ese y otros problemas.
La respuesta del presidente ha sido por un lado usar Twitter como válvula de escape para denunciar una caza de brujas y por otro este intento de recuperar la iniciativa política comenzando a detallar los ejes de su campaña de reelección, más aún después de que haya entrado en las primarias demócratas el ex vicepresidente Joe Biden, uno de los políticos que en teoría más daño podría hacerle al captar voto de centro.
De ahí que Trump se haya sacado hoy de la chistera el truco de abandonar el acuerdo de limitación de venta de armas que negoció el gobierno de Obama, cuyo ‹número dos› era Biden. La Casa Blanca se justificó ayer en un comunicado en el que explicó la decisión de Trump: “La administración anterior firmó el tratado en 2013, pero esperó tres años para pedirle al Senado que lo ratificara en los últimos días de la legislatura”.
Lo cierto es que hay 63 naciones, incluidas Rusia y China, que están fuera del tratado y no tienen limitación a la compra o venta de armas. La Unión Europea ha ratificado el acuerdo y de hecho fue España quien lo promovió durante su presidencia de turno en 2010.
Via: www.abc.es