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Unas excavaciones llevadas a cabo por arqueólogos franceses e iraquíes en el norte de Irak han dejado al descubierto una imponente escultura de alabastro de 2.700 años de antigüedad.
El hallazgo ha sido calificado como espectacular por dos motivos. Por una parte, con casi 4 metros de altura y un peso de 18 toneladas, sus dimensiones sólo pueden compararse con esculturas encontradas anteriormente en Egipto o Camboya. Por otro lado, la figura se encuentra en un excelente estado de conservación a pesar de su tamaño colosal.
UNA DEIDAD ALADA
La figura desenterrada pertenece al cuerpo de una deidad alada de la mitología asiria: Lammasu, una criatura híbrida alada representada con cabeza humana y el cuerpo de un toro o un león. A menudo llevaban también una corona o una larga barba decorada.
Este ser representaba la fuerza y la inteligencia, y tenía un propósito protector. Por este motivo, en la cultura mesopotámica se colocaban estas esculturas monumentales en las puertas de ciudades, palacios, y otros sitios importantes para ahuyentar a los enemigos.
Concretamente, la escultura encontrada habría estado ubicada en la entrada de Jorasabad, una antigua ciudad habitada por el pueblo asirio que se encontraba próxima a la actual Mosul. Por su antigüedad, los expertos determinan que habría sido talladas por el Imperio Asirio durante el reinado de Sargón II, entre el año 722 y el 705 a.C.
Junto al cuerpo no estaba enterrada la cabeza de esta figura, que había sido encontrada décadas antes: en los años 90 fue confiscada por las autoridades a unos contrabandistas, y por sus grandes dimensiones tuvo que ser cortada en distintas piezas para ser transportada. Actualmente ha sido reconstruida y se exhibe en el Museo de Iraq, en la ciudad de Bagdad.
IRAK, FUENTE DE INCREÍBLES DESCUBRIMIENTOS
La calidad y minucioso detalle de las tallas asirias es ampliamente conocida por los arqueólogos e historiadores gracias, en parte, a los múltiples proyectos de excavación que se han llevado a cabo en la zona del actual Irak en los últimos años.
En ocasiones, la inestabilidad del territorio causa que algunos yacimientos no se hayan podido explorar en mayor profundidad. Es por este motivo que se cree que el país todavía esconde muchos tesoros aún por desenterrar.
Los expertos concuerdan en que los monumentos asirios, construidos en piedra, yeso, y otros materiales compactos, son realmente extraordinarios y suponen una apasionante ventana al pasado que permite estudiar la cultura de la época. Entre ellos se incluye no solamente esculturas, sino también relieves que decoraban magníficos palacios y otros lugares importantes, y muestras de la escritura cuneiforme.