La NASA, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, siempre ha desempeñado un papel fundamental en la exploración y comprensión del osmos. Su última misión, OSIRIS-REx, lanzada en 2016, tiene como objetivo desentrañar los secretos del asteroide Bennu, un visitante cercano a la Tierra que podría contener pistas cruciales sobre el origen de nuestro sistema solar.
En septiembre de 2022, la nave espacial de la misión aterrizó en el desierto de Utah, trayendo consigo fragmentos de Bennu. Sin embargo, la emoción inicial se ha visto ensombrecida por un desafío técnico: la apertura del contenedor que guarda las preciadas muestras. La agencia espacial ha enfrentado dificultades para abrir este recipiente, y aunque se anticipa que la operación se llevará a cabo a principios de 2024, el proceso se ha vuelto más complejo de lo esperado.
La misión OSIRIS-REx ha sido una odisea de varios años. Tras llegar al asteroide Bennu en 2018, la nave recolectó muestras en octubre de 2020 y regresó a la Tierra en mayo de 2021. El contenedor sellado contiene fragmentos de Bennu, que podrían responder preguntas cruciales sobre la formación de nuestro planeta y los componentes básicos de la vida en la Tierra.
Sin embargo, desde su llegada, el equipo de la NASA se ha enfrentado a obstáculos para abrir el recipiente. El dispositivo de recolección, conocido como TAGSAM, ha presentado resistencia, con dos de los 35 sujetadores que no se pueden quitar con las herramientas disponibles, dificultando la extracción de la muestra del asteroide.
A pesar de estos desafíos, el equipo de la misión logró recolectar material fuera del dispositivo TAGSAM. Al abrir el recipiente, encontraron polvo negro y escombros en la plataforma de aviónica del contenedor. Además, utilizando pinzas o palas especiales, pudieron extraer parte del material del interior del recipiente, superando la meta inicial de recolectar 60 gramos de la superficie de Bennu.
La cantidad total de la muestra de asteroide se estima en 8.8 onzas de roca y polvo, lo que proporciona a la NASA material sustancial para el análisis. Aunque el contenedor no se ha abierto completamente, el análisis temprano de la muestra ha revelado una abundancia de moléculas de carbono y agua, respaldando la teoría de que los componentes esenciales para la vida podrían haber llegado a la Tierra a través de asteroides.
A pesar de las dificultades, la NASA mantiene la esperanza y está en el proceso de desarrollar nuevas herramientas para abrir el contenedor de manera segura y preservar las muestras. Se espera que este proceso concluya en el primer trimestre de 2024. La agencia espacial está comprometida a entregar estas rocas espaciales a científicos de todo el mundo para un análisis más detenido.
Bennu, el pequeño asteroide cercano a la Tierra, es un objeto fascinante para los científicos. Se cree que se desprendió de un asteroide más grande hace entre 700 y 2 mil millones de años y ha estado orbitando cerca de la Tierra cada seis años aproximadamente. La misión OSIRIS-REx planea extraer y pesar la muestra, crear un inventario de su contenido, y distribuir partes de Bennu a equipos internacionales de científicos.
La misión OSIRIS-REx de la NASA se encuentra en una fase crucial. Aunque se han superado desafíos iniciales, la apertura del contenedor de muestras sigue siendo una tarea pendiente. La importancia de esta misión radica en la posibilidad de obtener información valiosa sobre los orígenes de nuestro sistema solar y la presencia de componentes esenciales para la vida en la Tierra. La NASA, con su dedicación y tenacidad, sigue liderando la exploración del espacio, permitiéndonos vislumbrar los misterios del universo y comprender nuestro lugar en él.
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