Los reyes de Malasia han sido coronados este sábado en el palacio real de Kuala Lumpur. La fastuosa ceremonia se produce seis meses después del juramento que prestó el rey Ibrahim el pasado enero, después de ser elegido entre los distintos sultanes que reinan en los Estados de Malasia para reinar hasta que al cabo de cinco años le llegue el turno a otro de ellos.
Según la prensa local más de 700 invitados han asistido a la coronación, entre ellos otros jefes de Estado asiáticos como el sultán de Brunéi, a quien ha acompañado su mujer, la reina Saleha, y el rey de Baréin. La ceremonia ha comenzado con la solemne llegada de los reyes al salón del trono del palacio real, el rey Ibrahim vestido con un muskat y la cabeza cubierta con un tengkolok negro con la media luna del Islam y la estrella de 14 puntas (una por cada territorio del Estado) y la reina Zarith Sofiah con un kurung dorado y las joyas de la reina de Malasia, una tiara y un collar de diamantes confeccionados por la histórica casa británica Garrard que solo puede lucir la reina.
Como manda el protocolo las esposas de los demás sultanes de Malasia llevaban asimismo una de sus tiaras. También iba tocada con una de estas joyas la nuera de los reyes, Khaleeda Bustaman, casada con el príncipe heredero y actual regente del Estado malayo de Johor.
Después serles presentados el cetro, la Constitución, el Corán y otros símbolos del poder real el rey ha dado un discurso en el que se ha comprometido «a cumplir sus deberes con honestidad, sinceridad, justicia y compasión hacia el pueblo y la nación» . También ha expresado su esperanza de que “el gobierno actual continúe aliviando las cargas del pueblo y desarrollando el país”.
