Simona Formola, un arqueólogo que investigaba la Tumba de Cerbero en la ciudad de Guigliano, al noroeste de Nápoles después de estudiar el sarcófago de 2,000 años de antigüedad en Nápoles con una microcámara, llegaron a la conclusión de que era el momento indicado para abrir por primera vez esta tumba sellada.
¡Impactados! Quedaron, una vez que abrieron el sarcófago, pues en ella descubrieron a una persona tendida boca arriba, en lo que consideraron que se encontraba en excelente estado de conservación.
El individuo estaba perfectamente cubierto por un sudario y rodeado de varios frascos de ungüentos y utensilios de limpieza corporal utilizados a menudo en el proceso de embalsamiento así lo señaló en un comunicado, de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje del Área Metropolitana de Nápoles.
Las investigaciones sugieren que la persona que se encontraba en el sarcófago era miembro de la familia para el que se construyó el mausoleo. Los expertos consideran que el sudario se mineralizó probablemente por las condiciones climáticas dentro de la cámara funeraria. Aunque finalmente en análisis del tejido sigue en proceso de investigación para determinar el tipo y calidad del hilo utilizado dentro de la tumba.
En cuanto al análisis del ADN también se encuentra en investigación, mientras tanto el equipo sigue analizando las sustancias orgánicas, como el polen encontrado dentro del sarcófago porque han considerado que su embalsamiento fue tratado con cremas de base de Cehenopodium también llamado pata de ganso y ajenjo lo cual tal vez pudo contribuir a su excelente conservación.
En un comunicado, Marian Nuzzo superintendente del Ministerio de Cultura Italiano, menciono:
«La Tumba de Cerbero sigue aportando valiosa información sobre el territorio de Flegra cerca de Liternum, pues este descubrimiento, mejora el conocimiento del pasado y ofreciendo oportunidades para la investigación de carácter multidisciplinario.”
Por otro lado, Nuzzo considera que los análisis realizados en los laboratorios con las muestras tomadas de los enterramientos y los lechos de deposición otorgan no solo datos sobre el tratamiento del cuerpo para los funerales en aquella época, sino que también enriquecen considerablemente la historia.
El Ministerio confía que los resultados de estos análisis aporten detalles adicionales sobre la necrópolis y reúnan las suficientes piezas del rompecabezas para darse una idea más clara sobre la sociedad y la cultura de Nápoles hace 2,000 años.
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