Unai Simón, Yeray Álvarez, Beñat Prados (Athletic), Azpilicueta, Le Normand (Atlético), Ter Stegen, Christensen, Araujo, Olmo, Fermín, Gavi, Bernal (Barça), Sabaly, Isco, Carvalho (Betis), Ristic (Celta), Expósito, Puado (RCD Espanyol), Blind, Jastin García, Romeu, Tsygankov (Girona), Mármol, Marvin (Las Palmas), Llabrés, Muriqi (RCD Mallorca), Muñoz, Barja (Osasuna), Espino (Rayo), Courtois, Alaba, Ceballos, Brahim Díaz (Real Madrid), Traoré (Real Sociedad), Saúl Ñiguez, Sow (Sevilla), Doménech, Gayà, Mir (Valencia), Javi Sánchez, Özkacar (Valladolid), Foyth, Gerard Moreno (Villarreal)….
La lista sería interminable. Es posible, no lo dudo, que en alguna otra temporada (llevamos solo mes y medio de competición) hubiese tantos lesionados como en la presente, la mayoría de ellos por problemas musculares y un montón de ellos de carácter grave o muy grave. Demasiados futbolistas perdiéndose demasiados partidos e, incluso, alguno de ellos todo el curso.
Miguel Ángel Sánchez ‘Míchel’, entrenador del Girona que acaba de perder a dos de sus mejores futbolistas, por no decir los mejores, Blind y Romeu, fundamentales en la alineación, posicionamiento y estrategia de su equipo, ha comentado que empieza a preocuparle más “el desgaste anímico de mis futbolistas que el físico, pues su cabeza debe acostumbrarse a algo muy nuevo y durísimo: jugar cada tres días”.
La UEFA hace oídos sordos a las quejas por el exceso de partidos
Hansi Flick, entrenador del FC Barcelona, justificó las rotaciones y una alineación demasiado atrevida en Pamplona, repleta de jóvenes y de futbolistas no titulares, donde perdieron: «Porque mi obligación, mi responsabilidad, es proteger a los futbolistas que llevan muchos minutos. Si hay algún responsable de esta derrota soy yo pero, insisto, soy yo quien debe cuidar a los jugadores. Creo que hemos hecho lo correcto».
Es posible que el más veterano de los técnicos de LaLiga, el más galardonado, el que tiene la vitrina más lustrosa, el italiano Carlo Ancelotti, campeonísimo con el Real Madrid, no opine igual e, incluso, después de lo que hizo, en Lille, alineando a Kylian Mbappé, lesionado, en teoría, para cuatro semanas y que volvió a los terrenos de juego mucho antes de lo previsto, deje de protestar por un calendario tan tupido. Parecía que lo ideal era no forzar a la estrella francesa y Carletto lo alineó.
Gavi, después de sufrir la grave lesión de rodilla durante el España-Georgia, en Valladolid / J. LÓPEZ ÁVILA
La conclusión a la que se llega después de hablar con expertos, especialmente vinculados a la preparación física y cuidado de los futbolistas, no tanto con los inquilinos de los banquillos y/o los propios jugadores, que, como reconoció hace unas semanas el francés Jules Koundé ni siquiera están organizados, tienen algo parecido a un sindicato o ni siquiera líderes que les defiendan y, por tanto, su voz no cuenta, es que los futbolistas de los grandes equipos, aquellos que juegan hasta siete competiciones a lo largo del año, es que solo se dedican a jugar: ni se entrenan, ni descansan, ni se recuperan.
Es evidente, cristalino, que todas estas lesiones son fruto de un montón de circunstancias y, por descontado, a menudo de la mala suerte. Pero, según todos los expertos consultados, solo hay una manera de evitar la mala suerte o de reducirla y es seguir minuciosamente unas pautas sensatas, de sentido común, que pasan por el cuidado de los futbolistas desde la dieta hasta el sueño y, por descontado, un control exhaustivo de su estado físico, de su salud, que pasa, sobre todo, por el descanso.
«Algo tendremos que hacer los futbolistas, desde luego, pero lo primero que deberíamos hacer es organizarnos para elevar nuestra voz pues, ahora mismo, no estamos organizados, ni tenemos nadie que nos represente»
La norma, el sentido común, la práctica diaria, la tradición futbolística e, incluso, el reglamento dice que los futbolistas deben descansar, al menos, tres días entre partido y partido. Pues bien, solo como ejemplo, no como justificación ¡ni mucho menos! de la pésima temporada que protagonizó el FC Barcelona la pasada campaña, los jugadores de Xavi Hernández disputaron 54 partidos oficiales (en total, con amistosos y selecciones, 71). De esos 54 partidos, en 21 ocasiones, es decir, muy cerquita de la mitad, solo tuvieron dos días de descanso.
Ese dato, insisto, es perfectamente extrapolable a cualquier otro ‘grande’. El Barça tuvo, en la campaña 2023-24, 211 días de entrenamiento y 322 días de actividad. Es decir, entre cada uno de esos 54 partidos, lo culés y todos los demás equipos deberían haber tenido tres o más días de descanso, pero no los tuvieron. Y no solo eso, sino que, por necesidades del contrato televisivo, la madre del cordero, los ‘grandes’ casi siempre tienen necesidad de jugar a las nueve de la noche.
No deja de ser sorprendente que la temporada en la que se han disparado las lesiones y todo el mundo pone el grito en el cielo por el exceso de partidos, la UEFA aumente el número de equipos y partidos en la Champions. Esa propuesta choca con el hecho de que es, precisamente, el máximo organismo europeo quien posee la información más fidedigna sobre el estado de los futbolistas pues, a través del Estudio ECIS UEFA, tiene totalmente monitorizadas, con códigos anónimos, es decir, sin nombres de jugadores, todas las lesiones que, día a día, reportan los equipos con informes médicos detalladísimos.
Kylian Mbappe abandona el campo acompañado por Carlo Ancelotti / AFP/JAVIER SORIANO
Repito, ninguno de los expertos consultados por EL PERIÓDICO para escribir esta información, mucho de los cuales han pedido el anonimato, han utilizado su exposición para justificar el fracaso, las derrotas o los malos resultados de los equipos. Ninguno. Pero, como el caso que les voy a exponer a continuación, relatado detalladamente, una vez concluida la pasada temporada, por el doctor Xavier Valle, médico del FC Barcelona durante 20 años, se produjeron, en la última campaña, un montón.
Valle, una auténtica eminencia que el Barça despidió incomprensiblemente y sin explicación algunas semanas después de que fuese uno de los brillantes ponentes en el 40 Aniversario del ICATME (Institut Català de Traumatologia i Medicina de l’Esport) donde expuso el mismo temario por el que recibió un Cum Laude por su tesis doctoral en la UniversiTaT Autónoma de Barcelona bajo el título ‘Por qué son tan frecuentes las lesiones musculares en el deporte profesional”, detalló, en su exposición ante decenas de médicos, cirujanos y catedráticos catalanes, en qué circunstancias los jugadores de Xavi Hernández afrontaron el partido vital, de vuelta, ante el PSG (1-4) de los cuartos de final de la Champions, en el Olímpico de Montjuïc.
De Cádiz al PSG
«No estoy justificando, ¡ni mucho menos!», empezó comentando Valle en su exposición ante sus colegas, «la eliminación de nuestro equipo por la manera, tan especial e inapropiada, que tuvimos que vivir los días previos a aquel encuentro decisivo. Pero lo cierto”, continuó relatando el experto de ICATME, “es que el sábado anterior jugamos a las nueve de la noche en Cádiz. El partido acabó a las 23.02, tras las diversas conferencias de prensa y compromisos, salimos del estadio Carranza casi a las doce de la noche”.
La regla dice que, entre partido y partido, los futbolistas deben tener, al menos, tres días de descanso. Pues bien, el Barça de Xavi Hernández jugó, la pasada temporada, 54 partidos y en 21 de ellos solo tuvo dos días de descanso. La norma, pues, no se cumplió casi en la mitad de los partidos
“Como el aeropuerto de Jerez ya estaba cerrado”, sigue relatando el doctor Valle, “tuvimos que ir, por carretera, al aeropuerto de Sevilla, donde llegamos superada la una y media de la madrugada. Tardamos en despegar y el vuelo, recuerdo que lo cronometré, duró una hora y 42 minutos. Total, los futbolistas se metían en la cama a las cuatro de la madrugada. El domingo, los citamos a las 11.00 horas, para, como mucho, baño y masaje. El lunes entrenaron lo que pudieron y el martes por la noche, el PSG nos eliminó”.
Valle, insiste, en que este es uno de los ejemplos más comunes en el día a día de los grandes equipos. “Ni siquiera cuando jugamos en casa a las nueve de la noche, los futbolistas tienen la posibilidad de descansar, de recuperarse, lo suficiente, ¡imagínese cuando hay que desplazarse, no solo por Europa, que es tremendo, sino por España!”, cuenta alguien que tiene como foto o eslogan de whatsapp no una foto suya, familiar o paisaje, sino una frase, mezcla de letras y números, que reza así: 7H3 M345UR3 OF 1N73LL163NC3 15 7H3 481L17Y 70 CH4NG3. La medida de la inteligencia es la habilidad para adaptarse, frase por la que se pelean, dicen, Albert Einstein y Stephen Hawking.
Mimar al futbolista
El especialista en lesiones musculares considera que, incluso haciendo las cosas a las mil maravillas, es decir, cumpliendo con todas las pautas necesarias y obligadas para entrenar, preparar, recuperar, alimentar y mimar a los futbolistas, nadie, absolutamente nadie, ni siquiera los clubs más ricos y que poseen las mejores máquinas y sofisticados sistemas y profesionales para el cuidado de sus jugadores, están exentos de que les ocurra cualquier percance y se lesione cualquiera de sus futbolistas, no uno sino hasta varios a la vez.
“Yo no tengo ninguna duda, es más, lo sé a ciencia cierta, entre otras cosas porque si algo se comparte en este mundo son conocimientos, sistemas y experiencias, es que todos, absolutamente todos, los equipos profesionales trabajan actualmente con un mimo, conocimiento y profesionalidad exquisitas”, sigue contando Valle, que recuerda que “hubo una temporada donde, en el Barça, sufrimos hasta cuatro, ¡cuatro!, roturas de cruzados, lo nunca visto”.
El Barça que fue eliminado, un martes en Montjuïc, por el PSG, jugó sin apenas descanso, pues, venía de jugar en Cádiz, el sábado por la noche y desplazarse hasta Sevilla por carretera para coger el avión. Sus futbolistas se acostaban, aquel domingo, a las cuatro de la madrugada
Cuando Valle habla de la suerte o de no tener mala suerte, recuerda que, desde siempre, toda la vida, se han producido hechos tan sorprendentes como que “te pases tres años sin ver determinado tipo de lesión, da igual, cualquiera, la que sea y, de pronto, en una semana ves tres. Es evidente que, a menudo, tienes la sensación de que, desgraciadamente, muchas veces es una moneda al aire”.
La ‘línea naranja’
Eso no significa, evidentemente, que la sofisticación, el control, la profesionalidad, los recursos, la experiencia, los conocimientos de los especialistas en la preparación física, mantenimiento y recuperación de los futbolistas de élite permitan a los grandes equipos planificar el trabajo de la plantilla y, sobre todo, probablemente como ocurrió en Pamplona, aunque él lo desconoce al estar ya fuera del Barça, alertar al entrenador de que determinados futbolistas estaban cerca de la ‘línea naranja’, que es la alerta que se dispara cuando hay peligro de lesión dado el desgaste o la falta de recuperación de determinados futbolistas.
“Todo el mundo, todos los equipos profesionales, sean grandes o pequeños, compitan cada tres días o solo cada fin de semana, mantienen ya unas pautas que son de riguroso cumplimiento, no ya por parte de los especialistas, sino especialmente, por parte de los futbolistas, que cada vez son más responsables y profesionales, pero sobre los que hay que estar siempre encima”, explica Valle, que asegura que nunca se deja de aprender en esa área, en el área del cuidado y las recomendaciones a hacer a los futbolistas, que, a veces, dejan de cumplirlas, lo que puede facilitar la aparición de lesiones.
Frenkie de Jong, lesionado en el Santiago Bernabeu / Valentí Enrich
Las pautas obligadas que siguen todos los equipos y que son de obligado cumplimiento por parte de sus futbolistas van desde una correcta alimentación y control de todas sus comidas, pasando por batidos de recuperación tras los partidos, suplementación y nutrición en general. Un segundo aspecto, vital, “para mí”, señala el doctor Valle, “el más importante de todos”, es descansar mucho y bien, “cosa que es imposible cuando te pasas la vida viajando, sentado en aviones incomodísimos, durmiendo muchas, demasiadas, noches en una cama que no es la tuya y a la que no estás acostumbrado”. Y el tercer mandamiento es el llamado trabajo de prevención en gimnasio y, por descontado, un correcto control de cargas del entrenamiento en el campo.
«Es evidente que el desgaste físico es enorme cuando juegas competición europea, Liga, Copa y demás torneos, pero yo, ahora, estoy más preocupado por el desgaste anímico de mis jugadores, que han de acostumbrarse a jugar cada tres días, que por cualquier otra cosa»
«Si no descansas mucho y bien, es imposible que te recuperes para el siguiente día, sea entrenamiento o partido y, por tanto, no solo estés en inferioridad con respecto a otros futbolistas para rendir a tu máximo nivel, sino que aumentas el riesgo de lesión. Descansar es vital, es el secreto de todo», insiste Valle, que habla, sin pretender ser erudito, del círculo circadiano, que es el ciclo natural de cambios físicos, mentales («de ahí la preocupación de Michel, por ejemplo, sobre el desgaste anímico de sus futbolistas») y de comportamiento que experimenta el cuerpo humano en un ciclo de 24 horas.
El último grito para saber cómo, cuánto y de qué calidad es el sueño del futbolista es un anillo, denominado Oura Ring, que mide el descanso nocturno del deportista, la variabilidad de la frecuencia cardiaca y, sobre todo, ofrece información de cómo el jugador asimila las cargas de los partidos y entrenamientos.
“No es que yo o mis colegas estemos obsesionados con el descanso, con las muchas horas que los futbolistas deberían dormir, es que es un tema vital”, sigue contando el doctor Valle. “Y casi nada, en la vida de los deportistas de élite, ayuda a que ellos se tomen muy en serio esta parcela de su vida, que, repito, es vital no para rendir más y mejor, sino para evitar lesiones”.
De las fiestas a los móviles
Todos los consultados, alguno de ellos con suficiente experiencia como para hablar con conocimiento de causa de otras épocas, elogian la enorme, la tremenda, profesionalidad de los futbolistas actuales. Son muchos los que recuerdan las épocas y las fiestas de estrellas como Romario, Ronaldinho y, ya no digamos, Maradona. «Aquello ha pasado a mejor vida. Los futbolistas, ahora, se cuidan muchísimo y buena prueba de ello es la gran longevidad de muchos de ellos», selaña un fisio que ha trabajado con la selección española de fútbol.
Eso sí, todos los consultados bromean con seriedad, con el hecho de que aquellas fiestas y/o salidas nocturnas, despistes inadecuados en un deportista de élite, han sido sustituidas, en muchos casos, especialmente en los jóvenes, en las muchísimas horas que los futbolistas, sí, sí, los jugadores de élite pasan, como nuestros hijos, enganchados al móvil.
David Alaba se retira del partido tras sufrir una lesión durante el partido entre Real Madrid y Villarreal / Kiko Huesca
“Yo he visto futbolistas que, nada más acabar el partido y llegar al vestuario, cogen el móvil y empiezan a pasearse por las redes para ver qué cuentan del partido, de su actuación e, incluso, interactuar con sus seguidores. Eso es malísimo, provoca estrés y te resta, insisto, horas de descanso”, comenta, repito, en broma pero con un punto de preocupación un veterano auxiliar de un equipo del sur de España.
Valle, como el resto de expertos que han convivido en las catacumbas de cualquier ciudad deportiva de equipos de la élite europea, insiste, no para evitar lesiones que son, a menudo, imprevisibles «por más bien que hagas las cosas y cumplas todos los procesos para evitarlas», sino para estar en la mejor forma física posible en lo que se denomina “entrenamiento silencioso”.
«El descanso, dormir bien, descansar en tu cama, es tan importante que, ahora, se utilizan unos anillos especiales que miden la calidad del sueño, la variabilidad de la frecuencia cardiaca y te permiten conocer cómo ha asimilado el futbolista la carga de partidos y entrenamientos»
“Muchos le llamamos silencioso y otros, invisible”, continúa relatando el doctor Valle. “Estamos hablando de todo aquello que te permite acortar el periodo de recuperación, evitar lesiones y sobrecargas, reponer los sistemas hormonales y los sustratos energéticos necesarios, así como reparar la fibra muscular más rápidamente”. Y, por descontado, que el dormir en tu cama todos los días es primordial para el entrenamiento silencioso, «de ahí que muchos equipos decidan, si es factible, viajar, jugar y regresar a casa el mismo día, para poder descansar más».
No hay dos futbolistas iguales. «Si seleccionásemos a diez futbolistas de una misma plantilla, la misma carga de trabajo sería recibida, aceptada, asimilada estupendamente bien por siete de ellos, provocaría cierto cansancio, o cansancio simplemente, en dos y haría empeorar a uno de ellos», zanja Valle.
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