Carolina del Norte, entre las dudas por el huracán Helene y el ascenso de Harris


De Carolina del Norte al cielo no hay demasiada distancia. En la pequeña ciudad costera de Wilmington empezó a volar Michael Jordan, quien se hizo un nombre como mejor jugador de la liga universitaria en Chapel Hill, antes de enfilar hacia los Bulls de Chicago para instalarse eternamente en el Olimpo del baloncesto. Una trayectoria que siempre trató de emular Stephen Curry, formado en los Wildcats de Davidson, un pequeño pueblo universitario a los pies del lago Norman. Muy cerca del cielo también se sentía Billy Graham, quizás el predicador evangélico más influyente del siglo XX, susurro de presidentes e hijo predilecto de Charlotte, el segundo centro bancario más importante de Estados Unidos. Y desde las alturas, cómo no, llegó recientemente como una apisonadora el factor más imprevisible de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en el estado, el huracán Helena, el más devastador de su historia.

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