Un nuevo Gran Derbi en el Ramón Sánchez-Pizjuán y un final esperado por lo visto en el terreno de juego. El Sevilla, mucho más metido en el partido, pronto comenzó a dominar a un Betis perdido como acostumbra en ciertos escenarios. Se repuso el conjunto de Pellegrini, que vio cómo Martínez Munuera señalaba una pena máxima que quizá debió revisar a tenor de las explicaciones que le dio a Diego Llorente.
El gol de Lukebakio desde los once metros desconectó a los verdiblancos, que no supieron cómo hacer daño a los de Pimienta en la segunda mitad y que incluso pudieron marcharse con algún tanto más de Nervión.
Imprecisiones, nervios y miedo a no fallar en los primeros compases del Gran Derbi. Quiso llevar la manija en el comienzo el conjunto de Xavi García Pimienta, intentando no rifar la pelota. El fervor de la grada del Sánchez-Pizjuán, muy activa en todo el choque alentando a los suyos ayudó a que el Sevilla fuera quien más quisiera buscar los dominios de Rui Silva, primero con Lukebakio y posteriormente con Peque en un fallo de Lo Celso al despejar.
Como le viene pasando partidos atrás, el Betis de Manuel Pellegrini empezó dubitativo, metido abajo y repeliendo todo ataque sevillista.
Antes de los diez minutos se adelantó el Sevilla en el derbi por medio de Ejuke, que recogió un rechace dentro del área bética, pero Martínez Munuera decretó fuera de juego de Agoumé por escasos centímetros en la misma jugada, invalidando el tanto.
Se sacudió el acoso inicial el conjunto verdiblanco pasados los primeros quince minutos. Sería Vitor Roque de cabeza quien probara a Nyland para acto después tener el rosarino una buena oportunidad desde la frontal que se marchó alta y desviada.
Pudieron los de Pellegrini adelantarse en el marcador por medio de Lo Celso, que se sacó un zurdazo que lamió el poste izquierdo del noruego.
Por momentos, pudo el Betis contener la alta intensidad de juego del Sevilla, mucho más conectado e imprimiendo más ritmo a la contienda.
Comenzó el 20 bético a coger peso en el partido y dejó sólo a Vitor Roque con Nyland, pero el meta sevillista sacó una buena mano para negar el gol de los de Pellegrini, creciendo de a poco con el discurrir del duelo.
Perdió revoluciones El Gran Derbi al acercarse el descanso, con posesiones más largas de los de Pellegrini, que corrieron mucho en los primeros minutos. El Sevilla, que empezó con mucho brío, se fue encontrando a un rival que se quitó los nervios con los que saltaron al Sánchez-Pizjuán.
Penalti dudoso
No pudo volver de vestuarios de mejor forma el conjunto de García Pimienta. Johnny Cardoso cometió una falta peligrosa que botó Gudelj al segundo palo e impactó tras cabecear Agoumé en la mano de Llorente, que saltó de espaldas y no tenía la referencia de la pelota.
El valenciano señaló los once metros y Lukebakio engañó a Rui Silva adelantando al Sevilla en el derbi. Penalti ridículo y absurdo de un comité que evidencia cada semana las carencias y la falta de unificación de criterio. Es cierto que esas infracciones se arbitran de tal forma, ahí radica el verdadero problema y el ataque al fútbol que cada semana perpetran.
El gol sevillista y el cabreo de los verdiblancos fue calentando un derbi que empezó a llenarse de amarillas.
Tuvo el segundo Isaac Romero acto seguido, tras un balón horizontal peligroso de Natan que recogió Isaac Romero. El lebrijano recortó ante Llorente, pero se la echó a las manos del guardameta bético.
Movió ficha Manuel Pellegrini, sacando del campo a un inoperante Marc Roca y retrasando a Fornals para darle el carril a Ruibal y que ayudara a Bellerín con Ejuke. Cambió también a Vitor, cansado del esfuerzo en los desmarques, por Bakambu.
No tardó mucho el congoleño en intimidar a Nyland, mandando un balón al poste tras un balón raso de Bellerín.
En pie por Jesús Navas
A los 70 minutos de partido y con 1-0 en el marcador, García Pimienta llamó a Jesús Navas para darle unos minutos en su último derbi, en el que se convirtió el jugador con más enfrentamientos entre ambos jugados (28), superando a Joaquín Sánchez.
El Ramón Sánchez-Pizjuán, que ya alentó a su capitán desde que comenzara a calentar tras el descanso, se volcó con el palaciego cuando sonó su nombre por megafonía para sustituir a Isaac Romero. En la misma ventana, Lokonga entró por Agoumé.
Empezó a perdonar la sentencia el Sevilla por medio de Lukebakio. La tuvo con su zurda desde la izquierda en primera instancia abriendo demasiado su disparo, y tras un contragolpe en el que Ejuke tuvo la calma necesaria, no acertó después recortar y quedarse con Rui Silva casi vencido.
A tres para el final, el extremo belgacongoleño se precipitó teniendo al de Águas Santas fuera del área y quiso rematar en vez de controlar y encararlo.
En el 89′ cazó Nianzou a Lo Celso. El parisino, que ya había visto la primera amarilla tiempo atrás, vio la segunda, dejando al Sevilla con 10 para los siete de alargue.
Lo intentó el Betis en el añadido cargando el área de forma inocua. Ni contra 11 ni en los breves minutos que gozó de superioridad supo hacer el conjunto de Manuel Pellegrini daño salvando un tramo en el primer acto.
Pitó Martínez Munuera el final del primer Gran Derbi de la temporada. El tanto desde los once metros de Lukebakio le dio la victoria a un Sevilla que se lo creyó y mereció, y al que su afición llevó en volandas.
Frente a ellos, un Betis mediocre, que se arrastró por momentos, e inoperante en ataque. La pena máxima, que fue discutida, no fue la única ocasión en la que pudo perder el choque.
Dos semanas para disfrutar en Nervión y las mismas en el lado bético, donde deben aprender a jugar ciertos partidos, además de los derbis. Siempre superado por los escenarios.