Tras el primer atentado contra Donald Trump el 13 de julio Elon Musk, el hombre más rico del mundo, decidió dar su «apoyo pleno» al candidato republicano en las elecciones en que intenta volver a la Casa Blanca y estableció un supercomité de Acción Política que está siendo trascendental para su campaña. Este sábado, en el mismo escenario de aquel intento de magnicidio, el padre de Tesla y Space X ha dado otro salto más, y en este caso literal, en la arena política.
Musk ha sido invitado estrella en el mitin de regreso a Butler, donde se palpaba expectación con su llegada, especialmente entre muchos asistentes para los que el también dueño de X, antes Twitter, se ha convertido en un icono. Y en un discurso breve pero enérgico, tras dar unos brincos en el escenario con los brazos en alto, ha expuesto la total alianza ideológica y formal entre ambos.
El empresario lucía una americana una camiseta con el lema «Ocupar Marte» y una gorra con el eslogan «Hacer EEUU grande de nuevo» bordado negro sobre negro. Y aunque al declararse inicialmente «Dark MAGA» (MAGA oscuro) estaba haciendo una referencia a una memecoin (criptomoneda cuyo valor se ha disparado justo cuando él hablaba), no era lo único sombrío en sus palabras.
Musk ha planteado la elección entre el expresidente republicano y Kamala Harris como un duelo donde una victoria demócrata sería algo más que una mera derrota política. Ha acusado a «el otro lado» de querer eliminar la libertad de expresión e imponer la censura. Y ha combinado esa advertencia con una referencia a las armas: «La Segunda Enmienda ( de la Constitución, que reconoce el derecho a tener armas) está ahí para asegurar que tienes la primera enmienda (la de libertad de expresión)», ha dicho.
Llamada a la participación
«Esta es la elección más importante de nuestras vidas. Trump debe ganar para preservar la Constitución; debe ganar para conservar la democracia en EEUU», ha dicho también Musk, que ha urgido repetidamente a los presentes y a todos los que seguían el discurso por redes (11 millones en un momento dado solo en su propia plataforma) no solo a votar sino a organizarse para elevar la movilización y participación a favor del candidato republicano, uno de los temas centrales del mitin. «Si no lo hacen estas serán las últimas elecciones«, ha vaticinado.
No ha faltado en su discurso, como en el de Trump y en los de prácticamente todo el resto de oradores en Butler, la agitación del fantasma de un posible «robo» electoral. Esa es la única forma en que prácticamente cualquiera con quien se hablaba en Butler este sábado veía posible que Trump pueda perder en noviembre, sin dejar espacio a la posibilidad de que una mayoría del país prefiera a Harris.
Es para esos votantes de Trump como Lauren Stephenson, una profesora universitaria de 40 años que se declara «independiente», para quienes Musk se ha convertido en un referente y X, su plataforma desde 2022, en la fuente de sus noticias. Y le alaban porque dicen que «puedes encontrar ahí lo que no encuentras en medios generalistas, o en otros sitios como Facebook». Lo que no dicen es que con él se han rehabilitado las cuentas de neonazis y defensores y propagadores de teorías de la conspiración y se ha disparado el discurso de odio y la desinformación.