La muerte de Johan me pilló por sorpresa. Como suele ocurrir en estos caros, me enteré por la prensa. Recuerdo cuántas cosas compartimos en el campo, en las concentraciones. Neskeens era compañero, amigo y una muy buena persona.
Era un futbolista especial, extraordinario. Con esa fuerza, esa manera de jugar tan propia y única. Y siempre tenía un ojo puesto en los demás: era competitivo, pero también solidario. Nos ayudaba a crecer y procuraba siempre llevarnos hasta nuestra mejor versión. Tenía un ímpetu único que se contagiaba cuando estábamos entrenando.
Fuimos compañeros de habitación durante tres años. Era una persona peculiar, muy suya, pero que no tenía problemas para formar parte del grupo. Iba bastante por libre, aunque cuando tocaba hacer cosas, todo el equipo siempre estaba presente. Eso sí, le encantaba dormir. Bajaba a comer, cenar y entrenar. El resto del tiempo se lo pasaba durmiendo. Después de comer, en la mesa siempre estábamos Boquerón Esteban, Migueli, él y yo. Subía directo a la habitación. Si yo me quedaba y subía un rato más tarde me lo encontraba durmiendo. Con el tiempo me contó que se tomaba unas pastillas para poder descansar. Era muy profesional.
Aunque también le gustaba mucho divertirse. Muchas veces le llevaba y traía con el coche, porque él no siempre lo cogía. «Tente llévame», me decía. «No te preocupes ‘Nees’, pero te quedas en casa luego, eh», le contestaba. No siempre lo hacía. Era muy individualista, en el sentido de que siempre iba a su ritmo, haciendo su vida. Pese a eso, tenía mucha relación con todos. Era especial.
Siempre se lo decía a su hijo, que trabaja en la Botiga del Barça, cuando me lo he encontrado más de una vez. Johan no vivía en España, cosa que complicaba un poco que nos pudiéramos encontrar, pero siempre estaba presente cuando nos veíamos los compañeros de equipo. Siempre recordaré de él que era muy buena persona.
Y para nosotros, muy importante en el campo. Recuerdo cuando nos dijo que se iba antes de la final de Basilea. Fue un golpe durísimo. Ninguno nos esperábamos que se fuera. De hecho, dábamos por hecho que seguiría con nosotros, pero antes del partido nos comunicó que se iba. Todo el equipo se quedó impactado. Como ahora. Se ha ido demasiado pronto.
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