Desde que salió de la presidencia de EEUU, en enero de 2020, el expresidente norteamericano Donald Trump se ha comunicado en al menos siete ocasiones con el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Así lo ha revelado el periodista Bob Woodward, uno de los autores del trabajo de investigación publicado en ‘The Washington Post’ que forzó la dimisión en 1974 del expresidente republicano Richard Nixon, en un libro de próxima aparición titulado ‘War’ (Guerra) y al que han tenido acceso ‘The New York Times’, ‘The Washington Post’ y la CNN.
El reputado reportero estadounidense, que cita a una fuente anónima, describe una escena que tuvo lugar en la residencia de Mar-a-Lago, en el estado de Florida a principios de este año, en la que el exlíder de la Casa Blanca exigió a un ayudante que saliera de la habitación para que pudiera mantener una conversación privada con el dirigente ruso. En otra ocasión, en 2020, cuando aún era presidente, envió de forma secreta a Putin un test anticovid que en aquella época eran muy raros. En un nuevo ejemplo de proximidad y cercanía, el líder del Kremlin le pidió que dicho envío se mantuviera en secreto porque le podría dañar políticamente. «No quiero que digas nada a nadie porque la gente se molestará contigo, no conmigo», le dijo.
Tal y como quedó claro durante la pandemia, resultar infectado por covid 19 preocupaba de sobremanera a Putin. En su residencia de Novo-Ogáriovo, se instaló un túnel que dispersaba desinfectante sobre todos los visitantes que entraban en el edificio. También se informó entonces de rígidas cuarentenas de dos semanas de duración para todo aquel que tuviera una cita con él. Según el rotativo ‘The New York Times’, las revelaciones suscitan «nuevas cuestiones» sobre la naturaleza de la relación entre ambos, tan solo «unas semanas antes de unas elecciones en las que se dirimirá si regresa a la Casa Blanca».
«Putin, un genio»
En los días inmediatamente anteriores a la invasión de Ucrania por Rusia, Trump llegó a calificar a Putin de «genio» y «muy sabio» al calificar de «fuerzas de mantenimiento de la paz» a las tropas que en esos momentos se estaban acumulando en las fronteras de Ucrania con Rusia. En esas horas críticas, previas a la invasión, el magnate neoyorquino ridiculizó a su sucesor en la Casa Blanca, Joe Biden.
Tras su salida del poder, Trump ha seguido alabando a Putin, ha criticado la concesión de ayuda financiera a Ucrania para adquirir material militar, e incluso ha declarado que, en caso de llegar a la Casa Blanca, acabaría con la guerra en 24 horas. Aunque no ha ofrecido detalles de su plan de paz, el aspirante a vicepresidente J.D. Vance ha dado a entender que Ucrania debería ceder el territorio adquirido por Rusia por la fuerza, y garantizar su estatus de neutralidad, con el acceso a la OTAN vetado. Son propuestas que, en líneas generales, coinciden con lo estipulado públicamente por el presidente Putin.
Los expresidentes de EEUU mantienen un contacto regular con jefes de Estado con los que han tratado durante su mandato. El propio Trump ha mantenido encuentros con el israelí Binyamín Netanyahu o el húngaro Víktor Orbán, aunque siempre han sido públicos e incluso hubo sesión de fotos. ‘The New York Times’ considera que es «muy inusual» que un expresidente hable en privado con el mandatario una «nación rival» de EEUU, especialmente con un conflicto abierto en Ucrania.
El libro tambien recoge las apreciaciones del presidente Joe Biden sobre el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y hasta le acusa de carecer de estrategia en la guerra de Gaza, informa el rotativo ‘Haaretz’. «Ese hijo de puta, es un mal tipo, es un jodido mal tipo», se cita en la obra. Las malas relaciones entre ambos mandatarios no han sido ningún secreto para la prensa norteamericana e israelí, aunque estas revelaciones añaden incluso dramatismo a los desencuentros.