La debilidad de Scholz, acosado por la derecha, los ultras y la economía, coloca a Alemania en precampaña


La coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales del canciller alemán Olaf Scholz se tambalea desde hace meses. A los desencuentros entre sus socios se une la presión del bloque opositor conservador de Friedrich Merz y el ímpetu de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Este 2024 se cerrará en recesión, por segundo año consecutivo, y el Gobierno de Scholz no presenta recetas creíbles para revertirlo. Aparentemente, lo único que sostiene a la coalición es la debilidad de los tres socios: ninguno puede desear un fin prematuro de la legislatura, puesto que los sondeos apuntan a desastre para los tres. A la derecha moderada de Merz nadie le disputa el primer puesto, con un 30% en intención de voto; la lucha por la segunda posición está entre la AfD y el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz; a los Verdes se les reserva el cuarto puesto y al Partido Liberal (FDP) la degradación a extraparlamentario.

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