La llegada de Carlos III y de la reina Camila a Australia este viernes, en una visita oficial de seis días, ha reavivado el debate entre monarquía y república en el país. Los grupos antimonárquicos australianos han anunciado protestas para los próximos días contra el monarca, que sigue ejerciendo como jefe de Estado de la antigua colonia, con el objetivo de presionar al Gobierno para que convoque un referéndum para decidir si se mantiene el actual modelo de Estado o si se opta por la conformación de una república. Un debate que cogió fuerza en 2022 tras la victoria del actual primer ministro australiano, el laborista Anthony Albanese, y que ha quedado aparcado en los últimos meses.
Los grupos antimonárquicos confían en que la visita del rey británico sirva para sumar apoyos a su causa, bajo la consigna de que la jefatura del Estado no puede recaer sobre un ciudadano extranjero. «Cuanto más vemos los diversos aspectos de la visita real, más recordamos que el papel del jefe de Estado tiene una finalidad democrática. Deberían trabajar en Australia a tiempo completo, trabajar para los australianos y rendirnos cuentas», ha asegurado la copresidenta de la organización Australian Republican Movement (ARM), Esther Anatolitis. «Que nuestro jefe de Estado sea un rey de un país diferente realmente choca con lo que somos como australianos hoy en día».
Futuro referéndum
En una carta enviada el pasado diciembre a Carlos III, la ARM solicitó una reunión con el monarca durante su visita para que «considerara apoyar públicamente la voluntad del pueblo australiano y sus deseos de pasar a una república». Una misiva que recibió la respuesta del palacio de Buckingham meses más tarde. «Tengan la seguridad de que sus opiniones sobre este asunto han sido tomadas muy en cuenta. Su Majestad, como monarca constitucional, actúa siguiendo el consejo de sus ministros, y que Australia se convierta en una república es, por lo tanto, un asunto que debe decidir el público australiano», aseguró el secretario privado adjunto del rey, Nathan Ross.
La respuesta del palacio de Buckingham deja claro que el futuro constitucional del país pasa por un referéndum, pero por ahora esta posibilidad parece remota. A pesar de su apoyo a la república, Albanese decidió acabar con el cargo del asistente ministerial para la República en una reestructuración de su Gobierno el pasado julio. Un movimiento que evidenció las reservas del primer ministro australiano en esta materia, especialmente tras el fracaso del referéndum para los derechos de los aborígenes indígenas celebrado en octubre del año pasado. El miedo a un nuevo fiasco y las dificultades para lograr un consenso amplio con el resto de formaciones políticas ha puesto nuevas trabas a una eventual consulta en el corto plazo.
Apoyo a la república
Las encuestas más recientes, sin embargo, dan señales de un cambio de opinión respecto al referéndum celebrado en 1999 sobre esta misma materia. En esa ocasión, casi un 55% de los votantes se mostraron a favor de mantener la monarquía como modelo de Estado, frente a un 45% que apostaron por la república. Según un estudio elaborado por el diario ‘The Guardian’ en mayo de 2023 –pocos días después de la coronación de Carlos III–, el apoyo a la monarquía en el país se sitúa en el 46%, frente al 54% que apostarían ahora por el cambio hacia la república. Otra encuesta, elaborada por el instituto demoscópico YouGov en septiembre de ese mismo año, muestra que un 44% de los votantes está a favor de acabar con el modelo actual, frente a un 35% que se inclina por mantener a Carlos III como monarca y a un 21% de indecisos.
A pesar de que el apoyo a la república parece cada vez mayor, los defensores de la monarquía aseguran que la visita del rey servirá para recordar a los australianos la importancia de su figura como jefe de Estado, así como su compromiso con el país incluso a pesar de que continúa sometido a un tratamiento contra el cáncer. Entre los actos programados en los próximos días, el monarca tiene previsto visitar el Parlamento en Canberra, reunirse en privado con el primer ministro y asistir a un desfile militar en Sydney. Una vez concluida la visita, los reyes se desplazarán a Samoa para asistir a la reunión de jefes de Gobierno de la Commonwealth.