A veces cuesta descifrar a Miguel. Supuestamente es lateral zurdo, por mucho que se mueva por Montilivi como si fuera un interior creativo y diferente, que aparece por cualquier lugar. Y hay momentos en los que sin pedir permiso a Stuani se transforma en el goleador que necesitaba el Girona para alcanzar su primera victoria en la Champions, culminada por un tanto de Juanpe que tuvo, todo hay que decirlo, otro carísimo peaje: Iván Martín se lesionó y Van de Beek se marchó también con problemas físicos.
Y Montilivi, tras el penalti fallado por Stuani, terminó haciendo la ola orgullosa de un equipo que renació de ese drama que le persigue de las lesiones. Miovski ya había fallado una pena máxima ante el Feyenoord; ahora fue el capitán uruguayo. Pero casi 10.000 personas estaban felices por haber vivido el primer triunfo del Girona en la Champions. Un triunfo que llegó, además, con goles de los defensas.
Cuando no tienes jugadores (hasta 9 bajas asolaban al Girona y dejaban vacía la pizarra de Míchel, sin alas ni piezas creativas) toca inventar algo. Y eso es lo que hizo en la Champions el técnico de Vallecas, quien recurrió a la vieja guardia para reconstruirse. Puso a Juanpe en el eje central y devolvió a Stuani a la titularidad, quedándose Miovski en el banquillo.
Pero no terminaron ahí las imaginativas soluciones de Míchel, quien le dio el disfraz a Arnau de medio centro, formando pareja con Yangel Herrera. Ese movimiento sacó de su casa tradicional a Iván Martín, recluido en la banda derecha tal si fuera un extremo. Aunque no imaginaba el técnico que iba a durar tan poco.
Iván Martín se lesiona: 10 jugadores en la enfermería
El Girona dominaba el partido. Tenía el balón, amenazaba, más por la izquierda con Danjuma que por el flanco del ‘postizo’ Iván Martín, pero no llegaba al área del Slovan con peligro. Y todo lo que había diseñado y preparado Míchel bajo la precariedad se le vino abajo cuando Iván Martín se echó al césped de Montilivi tocándose su pierna derecha.
¡Sí, se había lesionado! Otro más. ¡Hasta 10 jugadores están ahora en la enfermería! Y la pizarra por los aires. Arnau dejó de ser mediocentro para ocupar la banda derecha; Van de Beek se retrasó para ser socio de Yangel; Miguel, más interior que lateral zurdo; Miovski formando el ‘doble nueve’ con Stuani…
O sea, reorganización al inicio. Y remedios sobre la marcha, coincidiendo, curiosamente, con una mejor versión del Girona. Mucho más venenoso, teniendo, ahora sí, control y amenaza. Es como si se hubieran reajustado todas las piezas para ofrecer una versión más armónica, aunque Gazzaniga sufrió un susto cuando Blackman, quien se asomó solo a la frontal de su área pequeña y el disparo, furioso y potente, se marchó por encima del travesaño.
Las galopadas de Danjuma
Tres minutos después llegó un golpe de la tramontana cuando Danjuma comenzó a galopar con belleza y precisión eliminado a su marcador con una asombrosa suficiencia. Aún faltaba lo mejor. El centro. O, tal vez, lo mejor fue preguntarse ¿qué demonios hace el lateral izquierdo llegando al área pequeña para rematar esa gran asistencia? Sí, era él.
Era Miguel. O uno de los tantos ‘Migueles’ que se desparraman por Montilivi. Y el público, que llenó el reducido estadio que deja la UEFA, estalló en una catarsis porque el fútbol llegó antes que el premio. Y el gol fue, en realidad, consecuencia del buen juego.
El ‘Miguel goleador’ desapareció por unos instantes para tomar prestado de su armario el ropaje de asistente y socio. Socio de Danjuma, del mejor Danjuma nunca visto en Montilivi –apenas lleva un par de meses- y asistente de Miovski, cuyo hermoso cabezazo estaba destinado a ser el gol que lleva esperando desde que vino de Escocia. Pero emergió el vuelo, también hermoso, de Takac, el guardameta esloveno del Slovan.
Todo resultó bonito. La zurda de Miguel, la testa del delantero macedonio y la mano izquierda del portero. Y es que el Girona empezó la segunda mitad como si no se hubiera ido al descanso. O sea, jugando bien, manejando el partido a su antojo, imponiendo la dictadura del pase y el monopolio del balón. Por encima del 70% estaba siempre la posesión para el equipo de Míchel.
La noche de Juanpe
A ese dominio, cada vez más aplastante, le faltaba un último giro de guión. Último e inesperado porque Montilivi, al ver que se había pitado una falta en el borde del área, Entonces, la gente (estaba lleno, excepto las gradas supletorias vacías fijadas por la UEFA) empezó a corear el nombre de Juanpe. Quería que lo tirara el central, a pesar de que junto a la pelota también estaba Miguel.
Y el defensa, uno de los símbolos de la transformación del club (es el único junto a Borja que vivió los dos ascensos a Primera), se estrenó a lo grande en su debut en Europa. Una excelente falta para colocar el 2-0 y dejar a Montilivi feliz porque entiende de fútbol. Aunque de vez en cuando le toque sufrir con las frivolidades de Gazzaniga con los pies que desesperaron a Míchel, compensadas luego con una gran parada para mantener la portería a cero.
La ficha del Girona-Slovan de Bratislava (2-0)
Girona: Gazzaniga, Francés, Juanpe, Krejci, Miguel, Arnau, Yangel Herrera, Iván Martín, Van de Beek, Danjuma y Stuani.
Entrenador: Míchel.
Cambios: Miovski por Iván Martín (m. 23); David López por Van de Beek (m. 83);
Slovan de Bratislava: Takac, Bajric, Kashia, WImmer, Blackmann, Zuberu, Ignatenko, Savvidis, Barseghyan, Tolic y Strelec.
Entrenador: Vladimir Weiss.
Cambios: Marcelli por Ignatenko (m. 78); Metsoko por Strelec (m. 85); Gadjos por Savvidis (m. 85); Szoke por Tolic (m. 85).
Goles: 1-0, Miguel (m. 42); 2-0, Juanpe (m. 73);
Árbitro: Horatiu Fesnic, rumano.
Tarjetas amarillas: Tolic (m. 15); Francés (m. 45); Ignatenko (m. 69); Barseghyan (m. 71)
Estadio: Montilivi.
Asistencia: 9.246 espectadores.