El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha aterrizado este martes en Israel. En medio de unas negociaciones para el alto el fuego completamente bloqueadas, y más aún tras el asesinato del líder de Hamás, Yahya Sinwar, la semana pasada, el más alto diplomático de la Administración de Joe Biden pretende reactivarlas en plena escalada israelí en Gaza y Líbano. A su vez, también llega con el objetivo de moderar la respuesta israelí al ataque de Irán. Blinken se ha reunido con el primer ministro Binyamín Netanyahu y con otros altos funcionarios, incluido el presidente Isaac Herzog y el ministro de Defensa, Yoav Gallant. También se ha encontrado con las familias de los rehenes que siguen retenidos en Gaza.
Durante su reunión con Netanyahu en Jerusalén, Blinken ha instado al primer ministro israelí a aprovechar el asesinato del líder de Hamás para trabajar hacia un acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes, además de presionarlo para que permita más ayuda a Gaza. “Subrayó la necesidad de aprovechar la acción exitosa de Israel para llevar a Sinwar ante la justicia asegurando la liberación de todos los rehenes y poniendo fin al conflicto en Gaza de una manera que proporcione seguridad duradera para israelíes y palestinos por igual”, ha dicho el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, tras terminar la reunión. El principal diplomático estadounidense “discutió la importancia de trazar un nuevo camino a seguir en el período posterior al conflicto que permita a los palestinos reconstruir sus vidas y proporcione gobernanza, seguridad y reconstrucción para Gaza”, continúa el comunicado del Departamento de Estado.
Por su parte, la oficina de Netanyahu también ha explicado, durante las dos horas y media que ha durado su encuentro, han discutido un “marco de gobierno” para Gaza el “día después de la guerra”. Pero el comunicado israelí no ha aportado detalles sobre cómo podría ser esa estructura de gobierno. Desde el estallido de la guerra, Estados Unidos ha presionado a Israel para que lleve a cabo ese plan, advirtiendo que Israel se empantanaría en Gaza si no lo hacía. Durante la mayor parte de la guerra, Netanyahu ha rechazado esos llamamientos, alegando que el proceso era prácticamente inútil mientras Hamás permaneciera en Gaza, pero parece que la presión estadounidense ha surgido efecto, ya que la oficina del primer ministro se ha asegurado de incluir el tema en su declaración sobre su reunión con Blinken.
Undécima visita
Se trata de la undécima ocasión en la que Blinken viaja a Oriente Próximo. En sus visitas anteriores, el secretario de Estado no ha conseguido detener la guerra contra Gaza, pero sí que sus negociaciones han supuesto algún tipo de mejora respecto a la entrada de ayuda humanitaria en el asediado enclave. Hace días Washington amenazó a Tel Aviv con congelar alguna de sus entregas militares si no permitía la entrada de asistencia al castigado norte de Gaza. En una carta del Departamento de Estado de EEUU publicada antes de la visita de Blinken, han vuelto a insistir que la Administración Biden podría verse obligada por la ley estadounidense a restringir algunas formas de ayuda militar a Israel si la entrega de ayuda humanitaria continúa viéndose obstaculizada.
La visita de Blinken llega apenas cinco días después del asesinato de Sinwar en Gaza. Washington describió al líder de Hamás como el principal obstáculo para un acuerdo de alto el fuego, aunque, durante los últimos meses, el que añadía nuevas condiciones cada vez que se llegaba a un punto en común era su aliado Netanyahu. Sin embargo, no se han programado nuevas conversaciones en los días transcurridos desde su muerte. Además, ahora que Sinwar no está, no queda claro quién en Hamás tiene la autoridad para tomar decisiones sobre posibles acuerdos. Tras su visita a Israel, Blinken viajará durante cinco días más a varias naciones árabes, entre las cuales están los mediadores Qatar y Egipto y otros lugares como Jordania, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos.
Bombardeos en Beirut
Antes de su llegada, el enviado estadounidense para la región de Oriente Próximo, Amos Hochstein, estuvo en Beirut para avanzar en las negociaciones entre Hizbulá e Israel. Este último ha dejado claro que cualquier diálogo tendrá lugar «bajo fuego», en palabras del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. Hochstein viajó justo después de que Tel Aviv mandara un documento con las condiciones para llegar a una solución diplomática a la guerra contra el Líbano, que ya se ha cobrado más de 1.700 vidas humanas en menos de un mes. Este documento incluye demandas israelíes más estrictas que las de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que puso fin a la guerra del Líbano en el 2006. Israel exige controlar el espacio aéreo libanés y otras exigencias que socavan la soberanía del Líbano.
Esta misma noche Israel ha atacado las inmediaciones del mayor hospital público del Líbano, el centro médico Rafic Hariri, en el sur de Beirut. Al menos 18 personas, muchas de ellas miembros de una misma familia, han perdido la vida y otras 60 han resultado heridas en un ataque que ha dejado amplios niveles de destrucción en medio de la capital libanesa. Allí mismo este martes al mediodía Israel ha derribado dos edificios residenciales en zonas densamente pobladas, provocando el caos y el temor entre la ciudadanía beirutí.