El Barça disfrutó de la fiesta de París y también el Manchester City, los dos rivales a los que el Madrid amargó la temporada pasada, a uno en la Liga y la Supercopa y al otro en la Champions. Los derrotados acudieron a la gala del Balón de Oro en busca de sus recompensas: al Barça le aguardaban tres (Lamine Yamal, el mejor joven, Aitana Bonmatí, Balón de Oro, y el mejor equipo femenino) y el City recogió el único al que aspiraba: el Balón de Oro de Rodri. «Estamos muy orgullosos de él», aseguró Pep, que felicitó en privado y en público al futbolista «a toda su familia y sus seres queridos», feliz por la recompensa que suponía para el City.
Rodri releva en el palmarés del distinguido trofeo a Lionel Messi, que por primera vez no fue nominado. Tampoco Cristiano Ronaldo, su gran rival. Entre ambos dominaron tres lustros del trofeo. Messi tiene en su casa ocho balones dorados y Cristiano cinco. Guardiola revivió sus sensaciones en el Barça cuando, en 2010, tres jugadores azulgranas, canteranos, pugnaron por el Balón de Oro «y Xavi e Iniesta no lo ganaron porque delante había un monstruo». Ese monstruo era Messi, que en su carrera obtuvo ocho balones dorados. Cristiano se quedó en cinco.
Justicia con Xavi e Iniesta
«Nadie podía ganar a Messi, solo Cristiano. Cristiano era un monstruo y el padre de ese monstruo es Messi», reflexionaba Guardiola, que compareció ante los medios por el duelo del City frente al Tottenham este miércoles en la eliminatoria de la Copa de la Liga. «Xavi e Iniesta lo merecíeron también entonces, y creo que Rodri consiguió, en cierta manera, lo que el fútbol español merecía.
Sin embargo, en España, la elección de Rodri por delante de Vinicius ha generado una fuerte controversia por la amargura madridista después de ver frustrada la retórica que alimentaron sus medios y canales anunciando la victoria del brasileño. Ante la sospecha de que pudiera no ser el vencedor, el presidente Florentino Pérez canceló el viaje de la numerosa expedición blanca. La gala se vio ensuciada por el desplante del Madrid, algo en lo que Guardiola no quiso ahondar.
«No tengo nada que decir. Si quieren ir está bien, si no quieren ir, también está bien. Si quieren felicitar está bien, si no quieren felicitar, está bien también», comentó el técnico del City del desaire del Madrid, renunciando a meterse en un berenjenal. «El Manchester City no está para juzgar lo que otros clubs deciden o lo que tienen que hacer y dónde», expuso. Guardiola no viajó a París, y la representatividad del club inglés recayó en Ferran Soriano, director ejecutivo del City Football Group, Txiki Begiristain, el director técnico, y compañeros de Rodri como Rúben Dias y Savinho.
«¿La actitud del Madrid? Si quieren ir está bien, si no quieren ir, también está bien. Si quieren felicitar está bien, si no quieren felicitar, está bien también»
El primero del City
Rodrigo pasa a la historia particular de la entidad como el primer jugador en obtener el Balón de Oro. Por delante, por ejemplo, de Erling Haaland, segundo en 2023, que había marcado 50 goles y presentaba en el curriculum el triplete de la Premier, la Copa y la Champions. Messi batió al goleador noruego y a los demás futbolistas citycens. Kevin de Bruyne fue cuarto y Rodri quinto, Julián Álvarez séptimo y Bernardo SIlva, noveno.
El sistema de votación reabrió la discusión, esta vez azuzada por el madridismo. Guardiola asumió la derrota de Haaland pese a creer que lo mereció y emplazó a Vinicius y al Madrid a asimilar el disgusto. «Son los periodistas quienes deciden lo que tienen que hacer. No se trata de una votación de un solo país, sino de todo el mundo y hay opiniones diferentes en todo el mundo. Por eso el fútbol es tan bonito», recordó el técnico de Santpedor.