Los líderes libaneses tratan de aferrarse al optimismo. El primer ministro Najib Mikati, siendo «cautamente optimista», ha dicho que un alto el fuego podría llegar «en las próximas horas o días». Por su parte, el nuevo secretario general de Hizbulá, Naim Qassem, informó en su primer discurso en el cargo este miércoles que están abiertos a negociar una tregua bajo «ciertas condiciones». Durante la noche, los medios israelíes filtraron un borrador del acuerdo propuesto por Washington y que se está negociando para el Líbano, aunque difícilmente será aceptado por su Gobierno ya que viola su soberanía en muchos aspectos. Mientras, los ataques hebreos no se han detenido.
«[Amos] Hochstein, [el enviado especial de la Administración del presidente estadounidense Joe Biden a la región], durante su llamada conmigo, me sugirió que podríamos llegar a un acuerdo antes de fin de mes y antes del 5 de noviembre«, ha confesado Mikati a la televisión libanesa Al Jadeed, refiriéndose a la fecha de las elecciones estadounidenses. «Estamos haciendo todo lo que podemos y debemos seguir siendo optimistas de que en las próximas horas o días tendremos un alto el fuego», ha añadido Mikati este miércoles en una entrevista televisada. Se prevé que este jueves Hochstein visite Tel Aviv, junto al oficial de la Casa Blanca, Brett McGurk.
Unas horas antes, Qassem se dirigió al público libanés y regional por primera vez después de que esta semana fuera nombrado secretario general de Hizbulá. «Si los israelíes deciden detener la agresión, decimos que aceptamos, pero según las condiciones que consideremos adecuadas», ha declarado, hablando desde un lugar no revelado en un discurso televisado pregrabado. «No rogaremos por un alto el fuego porque continuaremos [luchando] sin importar cuánto tiempo lleve», ha defendido, a la vez que ha presumido de que Hizbulá cuenta con capacidades y efectivos para seguir luchando durante meses.
Derecho a invadir el Líbano
Al otro lado de la volatilizada frontera, la emisora pública israelí Kan publicó el miércoles por la noche una propuesta filtrada escrita por Washington. En el texto se afirma que Israel retiraría sus fuerzas del Líbano dentro de la primera semana de un cese del fuego propuesto de 60 días. Por otro lado, dos funcionarios anónimos conocedores del asunto han explicado a The New York Times que Tel Aviv está presionando para que se alcance un acuerdo en el que Hizbulá disponga de varias semanas para retirar sus fuerzas de la frontera, lo que permitiría al Ejército oficial del Líbano llenar el vacío. Las débiles tropas libanesas cuentan con poca o ninguna capacidad para defender las fronteras del país.
Según los dos funcionarios, Israel también quiere que se le garantice el derecho a invadir el Líbano si Hizbulá no se retira con la suficiente rapidez. Pero Beirut exige una retirada completa de las fuerzas israelíes. Estas no confían en que las fuerzas de paz de Naciones Unidas, a las que han atacado una treintena de veces sólo durante este mes, y el Ejército libanés, que también ha sufrido bajas a manos de los israelíes, tengan capacidad para mantener a Hizbulá fuera de una zona de amortiguación restablecida en la parte libanesa de la frontera compartida.
Durante estos casi 13 meses de conflicto transfronterizo entre Israel y Hizbulá, el grupo chií ha defendido que no detendrán sus lanzamientos de cohetes y drones hacia territorio hebreo hasta que Tel Aviv apruebe un alto en fuego en Gaza. Esta semana se han retomado las conversaciones para llegar a un acuerdo entre las partes. Incluso el presidente egipcio, Abdelfatá el Sisi, ha propuesto la posibilidad de una tregua de 48 horas que dé inicio a un alto el fuego más largo. Pese a mostrarse abierto a llegar a un acuerdo con Israel, este jueves un alto cargo de Hamás ha dicho a AFP que el grupo rechazará cualquier propuesta de alto el fuego temporal en Gaza e insiste en un alto el fuego permanente y en la retirada completa de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza.
Órdenes de evacuación
Allí, han continuado los ataques israelíes que han alcanzado el corazón del hospital Kamal Adwan en el norte del enclave palestino. Un bombardeo aéreo israelí a este centro médico en la ciudad de Beit Lahiya ha destruido un almacén que contenía suministros médicos que fueron recibidos hace apenas unos días. A su vez, la violencia ha seguido en el Líbano. Sólo durante la jornada del miércoles 19 personas, incluidas ocho mujeres, murieron en dos ciudades de la región libanesa de Baalbek. Las órdenes de evacuación del Ejército israelí, las primeras contra la totalidad de esta ciudad patrimonio de la humanidad, obligaron a muchas de las que buscaron refugio en Baalbek desde otras zonas a huir de los bombardeos israelíes. Por su parte, Israel ha informado de la muerte de cinco personas en Metula, una localidad fronteriza con el Líbano, a causa del impacto de un cohete lanzado por Hizbulá.
Este jueves las autoridades militares hebreas también han ordenado el desplazamiento forzoso de la ciudadanía de una decena de pueblos del sur del Líbano. Entre ellos, se encuentra por primera vez un campo de refugiados palestinos, el campo Rashidieh en Tiro. Naciones Unidas denunció hace una semana que casi un cuarto de la totalidad del territorio libanés está bajo órdenes de evacuación del Ejército israelí. Cada vez son más. Más de 1,2 millones de personas en todo el país de los cedros han sido desplazadas y al menos medio millón han abandonado el Líbano a través de la frontera terrestre con Siria.