Las elecciones presidenciales de Estados Unidos serán una moneda al aire. Para llegar a la Casa Blanca, Kamala Harris y Donald Trump no necesitan ganar el voto popular, sino los votos del colegio electoral que cosechan los estados. El rumbo político del país se decidirá en siete de ellos (Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin), que concentran 93 de los 270 votos necesarios para ganar. ¿Se inclinarán a favor de los demócratas o de los republicanos? A falta de tan solo tres días para los comicios, las encuestas más recientes indican que el trumpismo se impondría en cuatro de ellos, si bien el margen es minúsculo. Todo puede pasar.
La imprevisibilidad de los estados bisagra ha hecho que ambos partidos aceleren sus esfuerzos por seducir a los votantes que podrían decantar la balanza, grupos demográficos clave como los negros o los latinos, minorías con cada vez mayor protagonismo electoral, pero también las mujeres blancas. Esos perfiles se clasifican según etnia, género, edad, educación o geografía y su peso varía en cada estado. Estos son los electores llamados a decidir las elecciones:
Negros
Históricamente, los afroamericanos han apoyado de forma abrumadora a los demócratas. Barack Obama capturó un 95% y un 97% del voto negro, Hillary Clinton un 93% y Joe Biden un 90%. Aunque esa minoría racial sigue siendo mayoritariamente azul (el color con el que se identifica a los demócratas, frente al rojo republicano), la tendencia se resquebraja. Kamala Harris se haría con un 78%, según un reciente sondeo del New York Times, un descenso que se debería a las promesas incumplidas del partido. Otras encuestas, sin embargo, señalan que la candidata podría obtener mejores resultados que Biden.
En los últimos meses, Trump habría ganado fuerza entre los hombres negros, un fenómeno que podría explicarse atendiendo a la brecha de género que también se da en otros perfiles demográficos como los latinos, pero que es nuevo en esta comunidad. El voto negro puede ser determinante en Georgia, donde uno de cada tres electores son afroamericanos. Sin embargo, y aunque crecen, a escala nacional solo representan un 14% del censo, según cálculos del Pew Research Center.
Latinos
Los latinos también tendrán más peso electoral que nunca, pues representan un 14,7% de los ciudadanos con derecho a voto. Desde la década de 1970, esta comunidad ha votado mayoritariamente demócrata, si bien no de forma tan acentuada como los negros. En 2020, Biden capturó un 54% del voto del electorado hispano, pero Trump logró ganar un 38%, el mejor resultado para un candidato republicano desde 2004.
Ahora, la ventaja progresista podría recortarse aún más. El NYT proyecta que Harris podría quedarse con un 56% de los votos, mientras que Reuters lo rebaja a un 51%. Las encuestas indican que la retórica antiinmigración de Trump no le ha restado fuerza entre los latinos, cada vez más derechizados. Esa tendencia se acentúa especialmente entre los hombres, segmento en el que Harris ganaría por tan solo dos puntos. Su rol será crucial en los estados péndulo de Arizona y Nevada. Las encuestas pronostican que el primero se teñirá de rojo; el segundo será sorpresa.
Mujeres blancas
La hipotética mejora de Trump entre negros y latinos podría verse contrarrestada por el aumento del apoyo a Harris entre las mujeres blancas, históricamente republicanas. El último sondeo de Reuters señala que el conservador pasaría de haber tenido 12 puntos más de apoyo que Biden entre esas votantes a tan solo tres más que la actual vicepresidenta. Ese empuje femenino no se entiende sin el giro izquierdista de las más jóvenes. Así, la demócrata saca 25 puntos a Trump entre las que tienen 18-29 años y 34 puntos entre las de 18-39, según datos del Harvard Institute of Politics.
La mejora de Harris en ese segmento demográfico clave se debe a los ataques del expresidente contra el aborto y los derechos reproductivos, además de sus polémicas por abuso sexual y su condena por sobornar a una actriz porno. Casi un 50% de las mujeres creen que Harris mejorará su vida y que Trump la empeorará, según un sondeo del Pew Research Center.
Los votantes blancos sin estudios son la columna vertebral del apoyo a Trump. En 2016 y 2020, el magnate superó a sus rivales por 33 y 31 puntos. Sin embargo, ahora el margen caería a 27. En unas elecciones tan reñidas esa diferencia puede ser determinante, especialmente en los estados del llamado cinturón de óxido: Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Los demócratas concentran más voto femenino en los siete estados bisagra y, según un análisis de Brookings, ganarían en cinco de ellos si se repite la participación de 2020, cuando las mujeres votaron más que los hombres.