Vivimos momentos de mucho dolor y tensión. El País Valencià se ha visto inmerso en un largo episodio de lluvias torrenciales que ha supuesto destrucción, y la muerte y desaparición de centenares de personas. La consternación es unánime, el duelo, general, y la crítica e indignación ciudadana ante la inoperancia de los servicios de emergencia básicos y la inacción y falta de diligencia demostrada desde el jefe del estado a las diferentes administraciones, ha resultado dantesca y desgraciadamente, fatal.
En este clima, ¿se debe jugar la jornada de Liga? Y mi respuesta clara y categórica es SÍ, y más que nunca…
Otros artículos de Lluís Carrasco
Discúlpenme, pero estoy indignado. Lo que ha sucedido, al margen de reyes y presidentes de todo tipo con chaleco de explorador y botas de safari visitando damnificados, ha sucedido, y lo que ahora necesitan estas personas devastadas, destrozadas, desproveídas y desamparadas es ayuda. Ayuda, recursos, apoyo, maquinaria, dotaciones… Es momento para distinguir entre lo importante y lo imprescindible, entro lo grave y lo vital, entre la muerte y la vida. Y volviendo a la Liga, parar por dolor, por solidaridad, por afectación psicológica está muy bien, pero estas personas necesitan de todo y más, no solamente comprensión. Juguemos, y juguemos todos los que podemos, y abarrotemos miles de estadios y pabellones de fútbol, baloncesto, balonmano, hockey… Y destinemos nuestra económica presencia y el 100% de lo que se recaudaría en todo el país a acortar el tiempo de reconstrucción y de dolor de tantos y tantos seres humanos. Clubes, federaciones, equipos, seguidores, aficionados, plataformas de TV, operadoras internacionales unidas con un solo fin. Eso es solidaridad, eso, y no quedarnos en casa exigiendo, por complicidad, la paralización de toda actividad.
Si el deporte es riqueza, que lo es, y nosotros el motor de esos recursos, empujemos como locos y dejemos de llorar. Mi quietud solidaria no secará sus lágrimas. Mi acción, la de todos juntos, en cambio, puede hacer que sus ojos vuelvan a brillar. ¡A jugar!