Cuatro años después del asesinato del profesor Samuel Paty, su muerte sigue conmoviendo a Francia y generando un gran debate sobre la laicidad y la seguridad en las escuelas francesas. Este 4 de noviembre, ocho personas de entre 22 y 65 años, comparecerán frente al Tribunal Penal de París por su presunta implicación en la decapitación del docente, a manos del islamista ruso radicalizado, Abdullakh Anzorov.
Estos ocho acusados se enfrentan al último proceso judicial relacionado con este suceso, dos de ellos serán procesados por complicidad en asesinato terrorista y otras seis por asociación criminal terrorista. En Francia estos delitos se castigan con cadena perpetua, sumando 30 años de prisión. El año pasado, ya fueron condenados por el Tribunal de menores, seis jóvenes implicados en el asesinato, a penas de entre 14 meses y dos años de reclusión.
Antes de su asesinato, el 16 de octubre de 2020, el profesor de Historia y Geografía sufrió durante meses una campaña de ciberacoso por discriminar supuestamente a los musulmanes en sus clases. Un bulo que lanzó una alumna de 13 años del propio colegio, quien no había asistido a sus clases, pero su falsa acusación en redes sociales bastó para crear una campaña de odio masiva contra el profesor.
Unas amenazas que acabaron saltando la pantalla y provocando el violento asesinato del profesor, quien fue decapitado a las puertas del colegio.
Un bulo en redes que acabó en asesinato
Entre los acusados, se encuentra el padre de la joven de 13 años, Brahim Chnina, quien mantuvo contacto telefónico hasta en nueve ocasiones con el asesino del profesor, y junto con otro de los acusados, “elaboraron y distribuyeron vídeos que presentaban información falsa o distorsionada destinada a suscitar un sentimiento de odio” hacia Samuel Paty, explica la fiscalía nacional antiterrorista.
En la lista, también está Priscilla Mangel, la única mujer procesada en este juicio. Mangel, de 36 años, había sido comparecido anteriormente en varios procedimientos antiterroristas por radicalismo, algo que no escondía en sus propias redes sociales, donde compartía abiertamente su ideología e imágenes del profesor bajo mensajes de acoso.
El 20 de diciembre, el Tribunal Penal de París dictará sentencia contra estos ocho acusados. Hasta el momento, ninguno de ellos ha reconocido su culpabilidad en el caso.
Samuel Paty, un símbolo del laicismo en las escuelas
El asesinato de Samuel Paty provocó importantes movilizaciones en las calles de Francia, además, de importantes debates en el Parlamento francés sobre la seguridad y la laicidad en las aulas francesas. Precisamente, mantener libres las aulas de ideologías políticas o religiosas, se ha convertido en muchos casos en motivo de disputas, e incluso agresiones, entre alumnado, familiares y docentes.
Según los datos del ministerio de Educación Nacional, el número de demandas de protección por parte de profesores ha aumentado de 1930 a 3742 solicitudes entre 2020 y 2022. En 2022, 1.338 docentes de primaria y 1.401 docentes de secundaria solicitaron esta protección al ministerio. Según cifras del departamento de asuntos jurídicos, el 44% de las agresiones a docentes se producen principalmente por los representantes legales de los estudiantes, y un 25% los propios alumnos.
En 2020, Francia empezó su batalla contra los símbolos religiosos en los centros escolares, prohibiendo portar el hiyab, velo usado por las mujeres para cubrir la cabeza, en las escuelas. Una medida que levantó polémica y provocó que los colegios se convirtieran en el centro de amenazas constantes.
Tres años después, el gobierno de Macron fue más allá y prohibió la abaya y el khamis en las escuelas, atuendos utilizados en su mayoría por la comunidad musulmana, y que cada vez más jóvenes los usan por religión, moda o reivindicación. Unas nuevas normativas que han creado un tenso debate en las calles, pero también en la Asamblea Nacional, donde desde hace meses discuten sobre si imponer el uniforme escolar en los centros públicos para evitar diferencias y discriminaciones en las aulas.
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