“Soy optimista, pero creo que es un mecanismo para sobrevivir la ansiedad que siento ahora mismo” dice Simon, de North Carolina, uno de los estados clave en las elecciones estadounidenses. Esta noche, el nervisiosmo electoral se canaliza de forma diferente a más de cinco mil kilómetros de Estados Unidos. En un bar de Barcelona, se mezclan las tapas de bravas, los torreznos y la cerveza con banderas estadounidenses y camisetas en apoyo a Kamala Harris.
La organización Democrats Abroad, que agrupa a los estadounidenses viviendo de forma temporal o permanente fuera del país, ha colgado el ‘sold out’ en la fiesta donde más de doscientas personas se concentran para ver los resultados de los comicios.
Las encuestas proyectan una de las elecciones más ajustadas de la historia moderna de Estados Unidos. Sin embargo, en esta reunión de demócratas se mantienen optimistas sobre la victoria de la candidatura Harris-Walz. “Espero que gane, la verdad. Según mi análisis, creo que Kamala va a ganar, aunque puede que la esperaza influya” comenta Victor, el organizador de la fiesta. Él siempre había votado a los republicanos, pero al presentarse Trump como candidato decidió votar al Partido Demócrata.
Música, claqué y Taylor Swift para presidenta
A la espera de que cierren las primeras votaciones en Indiana y Kentucky, el escenario acoge un espectáculo de claqué y un concierto de música en directo. Sin olvidar el contexto de la noche, la cantante dedica una canción a Donald Trump con el título ‘Hit the road’, invitando al expresidente a que se retire de la carrera hacia la Casa Blanca.
Entre el público, algunas personas llevan camisetas de la candidatura Harris-Walz, mientras que otras recuerdan tiempos pasados con merchandising de la campaña de Obama en 2008 o invocan candidaturas ficticias con el lema ‘Taylor for president’. Reanna, originaria de South Dakota, preferiría que la cantante Taylor Swift se presentara como candidata a unas elecciones que siente que son las más importantes que ha vivido hasta la fecha. “En realidad, tanto si gana Kamala como si gana Trump el futuro da miedo”, comenta. Aún así, ha apoyado a la demócrata y va a la fiesta porque prefiere estar con sus compatriotas que vivir los nervios de la noche electoral sola.
También es el caso de Izaak y Kynda, que han optado por venir a la fiesta, pese a no definirse ni como republicanos ni como demócratas. “Somos de Nevada, allí realmente es un 50-50, no sabemos qué puede pasar”, aseguran. Kynda cree que la alternancia entre demócratas y republicanos no cambia nada, pero confía en que su voto pueda ayudar a defender los derechos de las mujeres. Además, asegura: “estoy ilusionada por poder votar a la primera mujer presidenta de Estados Unidos”.
Vivir los resultados en directo y a distancia
Mientras unos se hacen fotos con una figura de cartón a tamaño real de Kamala Harris, otros miran atentos el transcurso de las votaciones en la CNN, proyectada en la pared a modo de pantalla gigante. Los primeros estados en proyectar los votos caen a favor de Trump, pero Esteban Creste, argentino de nacimiento y estadounidense desde hace cuarenta años, recuerda estos resultados pueden ser un espejismo. “Los primeros números que salen son de los estados republicanos y dan la impresión de que Trump puede estar ganando, pero después se cuentan todos los votos y los demócratas van a subir”, explica.
Pese a que las explicaciones estás claras, los asistentes no pueden evitar mostrar preocupación. Daniel, de North Carolina, mira a la pantalla y dice: “yo ya he votado, he hecho mi parte. Que tenga lo que tenga que pasar”. Lo que puede pasar es que el 47º presidente de Estados Unidos se decida por muy poco y votos como el suyo, a distancia, puedan ser decisivos.
En ese sentido, Annie Graul, se dedica a animar a los estadounidenses en Barcelona a que voten y les ayuda a hacerlo. En estas elecciones, bajo el nombre de la organización Vote from Abroad, Annie ha ayudado a votar especialmente a jóvenes, tanto demócratas como republicanos. “Pensamos que la democracia es eso, que todo el mundo vaya a votar”, argumenta.
¿Kamala Harris o Donald Trump? Esta es la pregunta a la que deben responder los estadounidenses en el día de hoy. En Barcelona, la fiesta se acaba sin demasiados datos para ofrecer una respuesta, pero, pese al optimismo de los demócratas, los primeros resultados y las proyecciones no parecen muy favorecedores.
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