Así como en 2016, Donald Trump pronunció su discurso como vencedor flanqueado por dos varones (su hijo menor Barron y su candidato como vicepresidente, Mike Pence); en su victoria de este martes por la noche optó por rodearse de mujeres. A su izquierda se encontraba su esposa Melania, prácticamente ausente durante esta campaña, y que apareció de la mano de su marido con un traje chaqueta falda gris (un tono neutro que lo mismo le iba a servir para celebrar una victoria que como para no aceptar una derrota) de Dior (make Europe great again).
Pero a la derecha del presidente también se colocó otra fémina y de su familia. Mientras que a J.D. Vance, el vicepresidente escogido por Trump, se lo relegó en el escenario a una posición posterior a la del padre de Melania; Lara Trump se aventajaba visualmente sobre todos los demás al ocupar la mano derecha (posición de mayor poder) del ya presidente electo. Además de ser la esposa de su hijo Eric, Lara ha sido la responsable de lograr recaudar donaciones millonarias para la campaña electoral, así como para cubrir los costosos procesos judiciales a los que se ha ido enfrentando su suegro. Pese al vínculo familiar, Lara tenía claro que estaba trabajando y que el esfuerzo se lo iba a cobrar. En un partido republicano eclipsado por la figura de Donald Trump, su nuera da por hecha la dinastía y le exigió sucederlo en la Corona. Petición que el presidente electo parece haber aceptado por la precedencia protocolaria que le brindó en el escenario de la victoria.
Dentro de su júbilo, Donald Trump también reclamó la presencia en escena de otra otra de las mujeres que lo han llevado a la Casa Blanca. Susie Wiles, el cerebro en la sombra de la campaña presidencial de Trump, apareció a regañadientes bajo los focos junto a su jefe pero eludió hablar. “Es muy tímida”, la excusó el hombre naranja. A sus 67 años, Wiles sabe que la discreción es el secreto de cualquier buen asesor y, además, posee la habilidad de domar a las fieras. Nadie en el partido republicano duda que ha sido clave para lograr, aunque no lo parezca, que Trump se convierta durante esta campaña en un candidato algo más disciplinado. ¿Y cómo ha logrado Wiles hacerse imprescindible en el equipo de Trump, integrado prácticamente por varones o familiares? Dicen que es porque practica su misma filosofía: “Wiles es capaz de sonreírte mientras te tira por la borda”.
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