Una nueva legislatura de Trump inquieta a Europa antes incluso de que el republicano haya tomado posesión del cargo. Los líderes europeos tienen que repensar las relaciones con el país americano, después de que su futuro presidente amenazara en campaña con retirar el apoyo a los aliados de la OTAN que no aumenten su gasto en defensa. También ha hecho alarde durante la carrera hacia la Casa Blanca de sus planes para imponer aranceles generales de hasta el 20% a las importaciones europeas.
Ante esta perspectiva, en público, los líderes europeos han felicitado a Trump por su reelección y Bruselas asegura que quiere tender puentes para reforzar la alianza entre los Estados miembro y Estados Unidos. En ese sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advertía que «millones de empleos y miles de millones en comercio e inversión a ambos lados del Atlántico dependen del dinamismo y la estabilidad de nuestras relaciones económicas».
Sin embargo, los mandatarios de la Unión Europea no quieren que las nuevas políticas de Donald Trump les pillen, como en 2016, a paso cambiado. Ante el peligro de una guerra comercial, el bloque comunitario aspira a crear una respuesta conjunta respecto a EEUU y se reúne para fijar posiciones en Budapest (Hungría), donde tiene lugar la reunión de la Comunidad Política Económica.
Un equipo de la UE para lidiar con Trump
La estrategia de los países europeos se ha materializado en un grupo de trabajo que se conoce informalmente como la «Trump Task Force». Según Politico, la Comisión Europea ha creado este equipo, que lleva tiempo preparándose, con el objetivo de preparar una respuesta rápida y dura a posibles cambios drásticos de Trump en la política comercial con Europa.
La alianza europea ya se vio en esta posición durante el primer mandato de Trump, cuando la UE impuso aranceles contra las exportaciones agrícolas estadounidenses en respuesta a los gravámenes fijados para el acero y el aluminio europeo. Esa respuesta forzó un acuerdo de suspensión mutua que finaliza el 31 de marzo de 2025. El tira y afloja entre la administración de Trump y la UE se convirtió en un intercambio de políticas pragmáticas y transaccionales.
Con todo, las reglas del juego en este nuevo periodo están por definir y dependen en gran medida de los movimientos de Trump y los representantes que escoja para liderar las relaciones con Europa.
Miedo a lo que viene
La creación de aranceles para productos extranjeros no solo puede causar un aumento de precios en Estados Unidos, también puede perjudicar gravemente a los sectores europeos. El principal objetivo en el punto de mira de Trump es la industria alemana automotriz. «Quiero que las empresas automovilísticas alemanas se conviertan en empresas automovilísticas estadounidenses», dijo el candidato republicano en campaña.
Según cálculos del Instituto Económico Alemán, las políticas arancelarias propuestas por el republicano podrían reducir el producto interior bruto (PIB) alemán entre 127.000 y 180.000 millones de euros. Además, el impacto en esta industria también afectaría a países donde operan fabricantes como Volkswagen, BMW o Daimler como Reino Unido, España, Polonia, Bélgica, la República Checa, Hungría o Rumanía.
La imposición de aranceles en esta industria, una de las principales fuentes de ingresos de la economía europea, constituye uno de los mayores temores de la UE. Para prevenir futuros conflictos, el grupo «Trump Task Force» se está preparando principalmente para abordar la situación a través de la vía de la negociación.