Los sindicatos italianos del transporte público han lanzado este viernes uno de sus mayores desafíos desde que el Gobierno de Giorgia Meloni está en el poder: una huelga masiva de metro, autobuses y trenes regionales que afecta al país de norte a sur. La huelga, que durará 24 horas, no contempla franjas horarias para garantizar servicios mínimos, algo que no ocurría en Italia desde hace más de dos décadas, concretamente, desde 2005. Solo se han dispuesto servicios considerados esenciales, como el transporte escolar y los servicios para personas con discapacidad.
La movilización, que está teniendo gran incidencia especialmente en las grandes ciudades –sobre todo Roma, Milán, Nápoles, Venecia, Bolonia y Turín–, responde a la disputa que el sector mantiene con el Ejecutivo italiano debido a la falta de renovación del convenio colectivo, que expiró en diciembre del año pasado.
También busca denunciar «la falta estructural de personal operativo, que se traduce en recortes de servicios, empeoramiento de las condiciones laborales y un aumento exponencial de las agresiones a los trabajadores», según ha señalado la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el mayor sindicato de Italia y uno de los nueve que participan en la huelga.
La amenaza es que el transporte público «desaparezca», ha añadido la CGIL. La presión, en este sentido, se dirige especialmente a Matteo Salvini, el actual ministro de Infraestructuras y Transportes.
Una de las críticas en su contra es que estaría desviando recursos para la creación de un puente entre Sicilia y Calabria, a la altura del estrecho de Messina; una obra faraónica de la que se habla desde hace varias décadas y cuya construcción fue reiteradamente abandonada debido a sus elevados costes y difícil ejecución. «Es dañina e inútil«, ha dicho Angelo Bonelli, portavoz del partido Europa Verde, que también respalda la protesta.
Movilización «salvaje»
«El derecho a la huelga es sagrado, pero es inaceptable una movilización salvaje y sin garantías para quienes necesitan desplazarse para recibir atención médica, estudiar o trabajar. Hoy, demasiados italianos están sufriendo por la revuelta social que la CGIL promueve», respondieron este viernes fuentes del ministerio en un mensaje a los medios de comunicación sin firma. «Salvini no permitirá que estas minorías boicoteen Italia«, añadieron las mismas fuentes.
En este contexto de alta confrontación política, la situación es especialmente difícil en Roma, donde la protesta comenzó de madrugada y ha provocado el cierre total de las estaciones de metro; incluso la estación de Termini, la principal de la ciudad, ha experimentado cancelaciones masivas de autobuses, lo que ha dejado escenas de pasajeros desesperados y enfurecidos por la situación.
Además, siempre en la capital, se suma esta tarde una huelga del cuerpo de la policía municipal, convocada para exigir mejores condiciones laborales después de que un agente perdiera una pierna tras ser atropellado por un conductor ebrio.
Nápoles, Bolonia y Venecia
De igual manera, también se ha bloqueado completamente la circulación de los trenes regionales EAV en Nápoles, de los funiculares, de los tranvías, autobuses y de la línea 1 del metro, que suspendió su servicio a primera hora de la mañana. En cambio, en Venecia se ha interrumpido la conexión entre el centro y las zonas periféricas de la ciudad y, en Milán, la protesta ha provocado el cierre de tres líneas de metro, lo que está poniendo a prueba el tráfico de la ciudad. Lo mismo en Bolonia y en algunas ciudades del sur de Italia.
Con ello, fuentes sindicales están hablando de un seguimiento del 90% entre los trabajadores, con puntas de hasta el 100%. “Esto es muy importante. Demuestra que es evidente que existe una petición de que se aumentan los recursos (destinados al sector)”, ha dicho, en esta línea, el líder de la CGIL, Maurizio Landini.
«Esto atañe al Gobierno, porque los recursos previstos en la última ley de Presupuestos son totalmente insuficientes. Hace años que nos aplican recortes», ha añadido Landini. La movilización, que también prevé una manifestación delante del Ministerio de Transportes, finaliza la medianoche de este viernes.