¿Un nuevo ‘business plan’ para el ciclismo?


No es nada extraño que periódicamente haya ruido sobre la continuidad o no de aquel equipo ciclista, que a un espectador casual como un servidor le pille desprevenido cuál es cada equipo ante los frecuentes cambios de nombre que se producen. Es el problema de un deporte en el que los equipos viven exclusivamente de los patrocinadores que son capaces de atraer, sea porque tienen un interés directo en las dos ruedas, porque creen que ayuda a sus objetivos de marca o, más frecuentemente, porque su propietario es un apasionado de la disciplina y quiere apoyarla. ¿Dónde quedan los ingresos por matchday, televisión o patrocinio de la competición? A diferencia de otros deportes de equipo, en los bolsillos de sus promotores.

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