Las guerras de Israel han llegado al corazón de Ámsterdam. El partido entre el Ajax de la capital holandesa y el Maccabi Tel Aviv ha llevado batallas campales a las calles de Europa. Horas antes del encuentro, que acabó con una goleada del equipo local (5-0), decenas de hooligans israelíes se pasearon por las amplias avenidas amsterdamesas como lo hacen en su país. Al grito de «¡Muerte a los árabes!» y «¡Puta Palestina!», se plantaron frente a manifestantes propalestinos con banderas israelíes y carteles en defensa de su Ejército. Después del partido, empezaron los enfrentamientos físicos que acabaron con cinco hospitalizados, decenas de detenidos y algunos desaparecidos. Ahora, las autoridades israelíes se plantean enviar dos aviones de rescate a Países Bajos y el ministro de Exteriores viajará hasta Ámsterdam.
Podría haber sido un partido de fútbol cualquiera. Pero son tiempos de guerra para uno de los equipos y nada es normal en momentos así. A lo largo de la jornada del jueves, la policía de Ámsterdam fue desplegada en masa con vistas a la cita deportiva. Ek ayuntamiento autorizó una protesta por la guerra de Gaza en una plaza de la ciudad ubicada a un kilómetro del estadio Johan Cruijff Arena. A su vez, durante el día, los forofos del Maccabi pasearon por la ciudad vestidos con banderas israelíes y gritando consignas racistas y antipalestinas. Extendieron pancartas en hebreo celebrando el trabajo de sus soldados durante el último año, en el que han matado a más de 43.300 palestinos en Gaza y otras 3.100 personas en el Líbano. Envalentonados por la falta de respuesta policial, también engancharon pegatinas con sus rostros en las farolas de la capital holandesa.
Minuto de silencio por Valencia
Al inicio del partido de la Europa League, los hooligans israelíes tampoco respetaron el minuto de silencio por las víctimas de la DANA en Valencia. Durante los 60 segundos en respeto a la tragedia ocurrida en territorio español, los fans del Maccabi gritaron e incluso iniciaron fuegos artificiales ilegales. Desde hace un año, las relaciones entre Israel y España han empeorado al convertirse Pedro Sánchez en una de las personalidades políticas más contundentes en denunciar las atrocidades cometidas por el Ejército hebreo e, incluso, cancelar contratos de armas con una empresa israelí por valor de miles de millones de euros. Esa falta de respeto fue la chispa que prendió la mecha.
Y Ámsterdam ardió. Al caer la noche, se desató el caos. Algunos israelíes se dedicaron a escalar edificios residenciales para arrancar las banderas palestinas que colgaban de los balcones. Por su parte, varios grupos de jóvenes amsterdameses, muchos de ellos de origen árabe, se dedicaron a perseguirlos al grito de «ahora vais a saber lo que se siente». «Esto es por los niños” de Gaza, gritaba uno de ellos mientras le propinaba una paliza a un joven israelí. Sólo se detiene cuando el agredido clama «¡Palestina libre!». La noche terminó con 10 israelíes heridos, cinco de ellos hospitalizados, y 62 detenidos, según la policía de Ámsterdam. El Ministerio de Asuntos Exteriores hebreo afirma que tres personas permanecen ilocalizables.
Visita del ministro de Exteriores
«Las difíciles imágenes contra nuestros ciudadanos en Ámsterdam no serán fáciles de ignorar», ha asegurado el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu. El mandatario hebreo ha calificado los hechos de «espantosos» y de «ataque antisemita premeditado«, al tiempo que ha exhortado a las autoridades neerlandesas a «tomar acciones rotundas y rápidas contra los alborotadores». Después de que el Ejército israelí anunció que enviaría una delegación de rescate a Ámsterdam «en coordinación con el gobierno holandés», la oficina del primer ministro ha revertido la decisión y ha dicho que centraría sus esfuerzos en «soluciones civiles» para los ciudadanos israelíes que permanecen en la capital neerlandesa.
En este caso, la oficina de Netanyahu ha informado que «a la luz de la situación y de acuerdo a la recomendación de los profesionales, se ha decidido que no era necesario enviar una misión de rescate profesional», que incluiría dos aviones militares. El Ejército israelí ha prohibido a todo su personal volar a los Países Bajos hasta nuevo aviso. A su vez, este incidente permitirá al recién nombrado ministro de Exteriores, Gideon Sa’ar, estrenarse en una «misión diplomática urgente» después de su nombramiento esta misma semana. Allí se reunirá con funcionarios del Gobierno holandés, incluído su homólogo, israelíes afectados y miembros de las comunidades judías locales.
Pese a que los israelíes fueron atacados por su nacionalidad y no por su religión, el primer ministro holandés, Dick Schoof, ha tachado los ataques de «inaceptables y antisemitas». Durante este año, Países Bajos, al igual que otros países europeos, ha reprimido en diversas ocasiones las protestas en solidaridad con Gaza y con el pueblo palestino bajo el argumento de ser antisemitas. Esta misma semana el Parlamento alemán ha aprobado una ley en contra del antisemitismo que ha generado mucha controversia y la oposición de expertos legales, grupos de la sociedad civil y destacados intelectuales judíos. En ella establece que las subvenciones públicas para proyectos culturales y científicos dependan de la adhesión a una definición de antisemitismo que incluye organizaciones que «cuestionen el derecho de Israel a existir o llamen al boicot a Israel».