El Barça no fue reconocible en ningún momento. Perdió todas sus señas de identidad, superado por la Real Sociedad. En su segunda derrota en la Liga, el equipo se quedó seco. Once remates y ni uno solo a portería, algo que no ocurría desde 2014 con el Barça de Luis Enrique en Málaga (0-0).
1.- Anatomía del 1-0
Un pase largo de Iñaki Peña acabó volviendo antes de lo previsto al área azulgrana. Y regresó de manera envenenada porque acabó siendo el 1-0 de la Real Sociedad. El meta sacó en largo, el Barça no controló la pelota que retornó rebotada hasta que un duelo aéreo entre Sucic y Marc Casadó fue ganado, como era de esperar, por el croata.
Y este peinó para desnudar a la defensa azulgrana porque Pau Cubarsí se resbaló mientras Koundé, que iniciaba la salida desde atrás, no reaccionó ante Becker, que llegó para batir en solitario a Iñaki Peña. Inicio y fin de la jugada mal defendida por todo el Barça.
2.- Sin Lamine Yamal no existió la banda derecha
La peor noticia del partido la recibió Hansi Flick antes de que se iniciara. Fue cuando los médicos le comunicaron que Lamine Yamal no se había recuperado del golpe que padeció en Belgrado. Y eso condicionó toda la estructura ofensiva del equipo porque el técnico no escogió a un delantero para llenar la banda derecha. Apostó por Fermín, jugador radicalmente distinto a Lamine (todos lo son), y el equipo se sintió huérfano del regate y desequilibrio que proyecta en cada acción el joven delantero.
Ni atacó el Barça por la derecha ya que esa asociación entre Koundé y Lamine se quebró antes de comenzar la noche en San Sebastián.
3.- Ni un remate a puerta
No era el Barça de siempre. Ni mucho menos. Terminó la primera mitad y el equipo de Flick se marchó fustrado porque no realizó ni un solo disparo a puerta. El peor balance con el técnico alemán, algo que no había sucedido hasta ahora. No tuvo el equilibrio que exhibió hasta llegar a San Sebastián, sintiéndose desamparado, sobre todo en el tramo final de la primera mitad cuando la Real llevó el encuentro a su territorio, simplificado en la oportunidad que falló a puerta vacía Oyarzabal. Mal acabó el Barcelona en este primer capítulo y mal empezó en la segunda mitad cuando Becker, Oyarzabal y, de nuevo, Becker malograron tres clarísimas ocasiones en apenas siete minutos.
Frustrado se fue porque abandonó San Sebastián sin tirar ni una sola vez a puerta.
4.- Un partido sin control azulgrana
Estaba el partido aún con el 0-0 inicial. Y el gol anulado a Lewandowski tuvo un efecto devastador sobre el equipo. El VAR y la imagen del ‘fuera de juego semiautomática’ creó un efecto depresivo sobre el equipo de Flick, cuyo buen inicio (duró 25 minutos), se fue apagando con el paso del partido. No lo tuvo controlado, un signo que sí distinguía hasta ahora al líder.
No tuvo el control ni lo gobernó supeditado a partir de ese momento, cruzando la frontera de la media hora, a lo que le proponía la Real Sociedad. Iban pasando los minutos y el Barcelona se estaba desfigurando porque no había conexión con los delanteros, perdido Fermín en la banda derecha, oculto Raphinha en la izquierda y sin presencia alguna de Lewandowski. De hecho, el remate más peligroso fue el de Zubimendi en propia puerta (m. 58), despejado de forma felina por Remiro.
5.- Los cambios de Flick no reanimaron al equipo y Casadó terminó de lateral derecho
Tan desconfigurado estaba el Barcelona que ni los cambios introducidos por Flick le reanimaron. En el descanso apareció Dani Olmo para suplir a Frenkie de Jong. Era hombre por hombre. No se movió nada entonces. Sí que hubo cambios cuando salió Ansu Fati por Fermín López, que obligó a rehacer el ataque moviéndose Raphinha de la banda izquierda a la derecha. Y en la zurda se quedó Ansu. Luego, ya en los minutos finales del encuentro, entró Gavi para llenar el centro del campo junto a Dani Olmo y Pedri, por lo que Marc Casadó recuperó esa condición de lateral derecho que ya efectuó, y con éxito, la pasada temporada en el filial teniendo a Rafa Márquez como entrenador.