¿Le quedan opciones a Olaf Scholz para lograr la reelección, con una coalición fracasada y con los sondeos implacablemente en contra? Ni la sesión del Bundestag (cámara baja) de este miércoles, en la que el canciller pidió consensos para salvar algunos proyectos que considera ‘esenciales‘ ni las cifras económicas le dan tregua. A esto se suma el ‘runrún‘ persistente en su Partido Socialdemócrata (SPD) para que se haga a un lado en favor del ministro de Defensa, Boris Pistorius.
«„Aprovechemos el tiempo (…). No hay democracia sin compromisos“, afirmó Scholz en su primera declaración ante el Bundestag tras romperse su alianza de gobierno y fijarse para el 23 de febrero la celebración de elecciones anticipadas. Su propósito es lograr la aprobación de una serie de proyectos que califica de «imprescindibles» para el país, para el ciudadano o para Ucrania. Desde un paquete para activar la economía de una potencia en recesión a un proyecto para paliar la llamada ‘progresión fría‘, causante de que un incremento salarial acabe siendo negativo para el ciudadano por efectos de la inflación y el salto a la siguiente tasa impositiva. También quiere que entren en vigor en enero mejoras en las ayudas familiares y las jubilaciones o la prolongación del abono único para el transporte público y cercanías. Es decir, medidas en apoyo al bolsillo del ciudano. Pero Alemania está ya en campaña y hay poca disposición a regalar éxitos al rival.
Para cualquiera de estos proyectos, como para garantizar la ayuda prometida a Kiev precisa Scholz del apoyo de la oposición. A su gobierno no le respalda una mayoría parlamentaria, tras la ruptura del tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales. La idea de Scholz de seguir aprobando algunas leyes respaldado en los Verdes, con apoyos puntuales opositores quedó en el limbo.
Scholz «vive ajeno a la realidad», sentenció el líder conservador de la oposición , Friedrich Merz, quien sí tiene buenas perspectivas para ser el próximo canciller. Los sondeos colocan a su bloque en primera posición, con un 34% de los votos, el doble de los que se calculan para la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Al SPD de Scholz se le reserva el tercer puesto con un punto menos que a la extrema derecha. No se perciben cambios de tendencia tras la decisión de Scholz de someterse a un voto de confianza el 16 de diciembre, e ir en febrero a elecciones anticipadas. El derechista Merz, rival histórico de Angela Merkel entre los conservadores, reclama un ‘giro total’ tanto en la política migratoria como en materia económica.
Lo único que la CDU de Merz y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) comparten con lo queda de la coalición de Scholz es el férreo rechazo a la AfD. La iniciativa para blindar al Tribunal Constitucional ante una futura influencia de la AfD cuenta con un amplio apoyo del espectro parlamentario. Merz, como el líder de la CSU, Markus Söder, ratificaron su compromiso con el cordón sanitario frente a los ultras, en una sesión parlamentaria con aires de campaña electoral.
Los Sabios económicos
En paralelo al ajuste de cuentas en el Bundestag presentaron los llamados Cinco Sabios, el equipo económico que asesora al gobierno, un renovado informe demoledor sobre el PIB alemán. Tras dos años encadenados en recesión, 2023 y 2024. Para este año se prevé una contracción del 0,1 %, mientras para 2025 solo cabe esperar una recuperación mínima, un 0,4 %. Los Sabios han corregido a la baja sus pronósticos. Hace seis meses percibían un modesto, pero más perceptible crecimiento del 0,9 % para el próximo año. «La economía alemana está lastrada por problemas coyunturales y estructurales“, según la presidenta del equipo, Monika Schnitzer. La debilidad no se debe únicamente a cuestiones globales o la guerra de Ucrania, sino a que no se acometieron en tiempos de bonanza medidas para impulsar las inversiones y poner al día infraestructuras obsoletas. La responsabilidad no recae únicamente en los tres años de gestión de Scholz, sino que se remonta a gobiernos anteriores. Se han producido ‘negligencias en la política y la economía durante años y décadas», según los Sabios.
Tambores de guerra a favor de Pistorius
Desde la cúpula del SPD se insiste en que el canciller es su ‘candidato natural‘. El jefe del grupo parlamentario socialdemócrata, Rolf Mützenich, ha admitido sin embargo que hay quienes «refunfuñan» ante esa posibilidad. La valoración ciudadana del ministro de Defensa, Boris Pistorius, es muy superior a la del canciller. Y el hecho de que no se haya definido aún cuándo va a formalizarse la designación hace cada vez más notable ese runrún. La dirección del partido viene anunciando un Scholz ‘combativo’ en la carrera por la reelección. Tanto al anunciar la ruptura con su socio liberal, hace una semana, como ante el Bundestag se ha visto a un canciller mucho más incisivo de lo habitual. Pero hasta ahora no hay signos de mejora en los sondeos.