A falta de menos de dos meses para abandonar la Casa Blanca, la administración del presidente Joe Biden ha cedido a la principal demanda que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, planteaba desde hacía tiempo: el uso de armas de largo alcance para atacar a Rusia. Este domingo, Estados Unidos ha autorizado a Kiev a usar los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército o ATACMS (por su acrónimo en inglés) de fabricación nacional.
Este anuncio supone un giro en la dirección de las políticas estadounidenses pero, aunque no se han hecho públicos los detalles de la autorización, se prevé que se mantengan restricciones a la utilización de este tipo de armamento en el frente. Según informaciones del New York Times, los misiles se emplearían inicialmente contra las tropas rusas y norcoreanas desplegadas en la región de Kursk, en el oeste de Rusia.
¿Qué hacen los ATACMS?
Los ATACMS son misiles balísticos de ataque superficie-superficie de alta precisión con un alcance de hasta 300 kilómetros que contienen alrededor de 170 kilos de explosivos. Estos misiles, fabricados por la empresa estadounidense Lockheed Martin, recorren distancias más largas y vuelan más alto que los cohetes de artillería. Además, estas características hacen que el impacto de los ATACMS al llegar al suelo sea mayor, por la gran velocidad que adquieren debido a la fuerza gravitacional.
Ucrania ya cuenta con sistemas móviles desde los que lanzar este tipo de misiles, como los HIMARS proporcionados por EEUU o lanzadores como los M270 enviados al ejército ucraniano desde Alemania y Reino Unido.
Los misiles ATACMS fueron desarrollados en los años ochenta para atacar objetivos soviéticos y desde entonces EEUU los ha usado durante la Guerra del Golfo en la Operación Tormenta del Desierto, en 1991, y más tarde en la Operación Libertad Iraquí, en 2003.
¿Cómo los usará Ucrania?
La autorización estadounidense para usar los ATACMS llega en un contexto de escalada del conflicto por parte de Rusia, con la llegada de tropas de Corea del Norte al frente ucraniano y tras un bombardeo masivo con 120 misiles y 90 drones a infraestructuras de la red eléctrica del país eslavo.
El ejército ucraniano podría emplear los misiles para atacar a las tropas rusas y norcoreanas concentradas en la región de Kursk, así como para lanzar ofensivas contra enclaves logísticos, almacenes de municiones y armas o vías de suministro de material militar dentro del territorio ruso.
El presidente Zelenski ha instado en repetidas ocasiones a sus socios occidentales a permitir el uso de armamento de largo alcance contra aeródromos rusos y para defenderse de ataques aéreos. «Cuando la aviación rusa lanza cada día más de un centenar de bombas guiadas contra nuestras ciudades, aldeas y posiciones de primera línea, necesitamos una protección fiable contra ellas», aseguraba en julio a través de X.
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