Netflix superó con notable éxito su primer gran ensayo de retransmisión deportiva en directo. Ese es el titular que más importancia reviste tras el polémico y esperado regreso de Mike Tyson (50-7) a la lona que fue presenciado por más de 65 millones de espectadores y 80.000 asistentes. Una apabullante e histórica cifra para la compañía de ‘streaming’ que confirma la idoneidad de su apuesta por los deportes en directo.
El combate de la noche fue, deportivamente hablando, un esperpento. Un desgastado Mike Tyson consumó su esperado regreso al ring más de 20 años después de su retirada oficial frente a Jake Paul (11-1), un rival 30 años menor y con un récord profesional dudoso, un exyoutuber que tan solo boxea por el ‘show’. Con 27,2 millones de seguidores en su perfil de Instagram y 20,8 millones de suscriptores en su canal de YouTube, es el boxeador con más seguidores y se midió durante ocho eternos rounds al peso pesado más polémico de la historia.
La desigualdad entre ambos peleadores, tanto en fondo como en técnica, regaló a los espectadores una pelea insulsa, vacía y exenta de cualquier emoción en la que un desfondado Tyson no llegó a tirar ni 100 golpes de los cuales apenas una veintena fueron efectivos mientras se limitaba incesantemente a morder su guante izquierdo en una especie de tic nervioso. Mientras tanto, Jake Paul se centró en lanzar golpes sin potencia a diestro y siniestro que no obligaban a retroceder ni un centímetro a Tyson. Tan solo podían esperar otra cosa de este enfrentamiento aquellos que antepusieron su recuerdo del ‘rey del KO’ a la lógica de un combate desigual y sin sentido entre un exboxeador que acaricia la sesentena y un exyoutuber de 27 años.
Apuesta por el deporte en directo
Hace no tanto resultaba impensable que Netflix se atreviera con espectáculos deportivos de primera magnitud en directo. De hecho, hace justo un año la plataforma se estrenó con un muy modesto evento deportivo en vivo llamado ‘The Netflix Cup’ que mezclaba a pilotos de la Fórmula 1 con golfistas de la PGA. Su éxito propició que antes del gran combate hubiera otros espectáculos intermedios como ‘The Netflix Slam‘ en marzo, en donde se vieron las caras en una exhibición de tenis en Las Vegas Rafa Nadal y Carlos Alcaraz. Pero tanto el Paul vs. Tyson como, sobre todo, la NFL, la siguiente apuesta de la compañía, son palabras mayores.
La cartelera de la noche, encabezada por el decepcionante combate entre Jake Paul y Mike Tyson, atrajo a una media de 60 millones de espectadores, llegando a consumar un pico de 65 millones de espectadores en momentos puntuales de la noche. «La noche de los récords», como la bautizaron desde la compañía, no estuvo exenta de polémicas que trascendieron la lona causadas por la enorme demanda. Muchos espectadores sufrieron cortes y congelaciones de la imagen ocasionados por las dificultades que experimentó la compañía ante tal demanda.
Además, la verdadera pelea de la noche, la que enfrentó a Amanda Serrano y Katie Taylor en la revancha del combate coestelar de la noche rompió otro récord al ser presenciada por más de 50 millones de espectadores y convirtiéndose en el evento deportivo femenino más visto de la historia. Su enfrentamiento, que resultó una verdadera guerra, quedó empañado por la decisión arbitral, a juicio de muchos espectadores injusta, de otorgarle la victoria a la púgil irlandesa a pesar de sus constantes faltas y cabezazos a la boricua.