La respuesta era esperable, pero aún así el Papa optó por dar el golpe sobre el tablero. En un momento en el que las bombas israelíes también caen sobre zonas donde los cristianos son mayoría en Líbano, la decisión de Francisco de solicitar que se investigue a fondo el posible «genocidio» que Israel está cometiendo en Gaza ha provocado otra incendiaria reacción contra él de gran parte del mundo judío y de las autoridades israelí, reflejo de una relación que atraviesa uno de sus peores momentos en décadas.
«Lo que está sucediendo en Gaza, que algunos expertos consideran que tiene las características de un genocidio, debería ser investigado con atención«, afirmó el Papa en un libro, del que se difundieron algunos fragmentos este fin de semana y que saldrá a la venta el martes. «Cualquier intento de definir esta autodefensa con otro nombre significa aislar al Estado judío«, respondió la embajada israelí ante la Santa Sede.
«El 7 de octubre se produjo una masacre genocida de ciudadanos israelíes y desde entonces Israel ha ejercido su derecho de autodefensa», añadió la legación diplomática. Unas palabras duras, pero no tan sorprendentes como las de sectores del mundo hebreo considerados progresistas y que en el pasado también han criticado al Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Ruptura profunda
Como Edith Bruck, superviviente del holocausto. «El Papa se ha equivocado. El genocidio es otra cosa […] Es peligroso que el Papa use la palabra genocidio con demasiada facilidad», dijo Bruck en una entrevista concedida al diario italiano Il Corriere della Sera. «Es muy desafortunado que el Papa Francisco llame a investigar la acusación de genocidio contra Israel. No solo es falsa, sino que también es profundamente dolorosa para el pueblo judío», comentó el centrista American Jewish Committee (AJC).
El Papa y diversos representantes de la Iglesia católica llevan tiempo en horas bajas con las autoridades israelíes, lo que también está afectando la relación con el mundo judío. Ya antes de la última guerra, el influyente patriarca latino Pierbattista Pizzaballa denunciaba los numerosos incidentes contra los cristianos en Israel. Y el portavoz del Consejo de Iglesias Católicas de Jerusalén, Wadie Abu Nasser, llegó a relatar episodios de colonos que escupían a fieles cristianos.
La Iglesia católica también ha expresado estas críticas a través de diversos intelectuales. En mayo pasado, por ejemplo, en el diario vaticano L’Osservatore Romano apareció un largo y complejo ensayo del jesuita David Neuhaus. En su artículo, Neuhaus insistía en que criticar el sionismo no equivale necesariamente al antisemitismo. Un texto que el entonces embajador israelí, Raphael Schultz, rechazó por tratar, según él, a los palestinos solo como víctimas, absolviéndolos de toda responsabilidad por su situación.
Los cristianos de Líbano
Con la invasión israelí de Líbano y los bombardeos de zonas habitadas predominantemente por cristianos, la tensión ha crecido. Aunque tampoco es la primera vez que el Papa —que también ha dicho que el jefe de la ONU, Antonio Guterres, es «valiente»— sugiere que Israel podría estar cometiendo crímenes de guerra en Palestina. Ya en enero de este año, en un discurso en el que citó expresamente a Ucrania y Gaza, había advertido de que «atacar a civiles» son «violaciones graves del derecho internacional humanitario».
«Deplorables». Así calificó por su parte la embajada de Israel ante la Santa Sede algunas declaraciones de inicio de este año del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin. La respuesta militar de Israel en Gaza a los ataques de Hamas en su territorio el 7 de octubre pasado es «no proporcionada» y está provocando una «carnicería«, había dicho Parolin.
También ha habido algunos intentos de distensión. En noviembre del año pasado, por ejemplo, centenares de rabinos y académicos de religión judía de todo el mundo solicitaron al Papa palabras de cercanía al pueblo judío. Y el propio Francisco se reunió hace pocos días con un grupo de 16 rehenes capturados por Hamas y liberados, un encuentro que se celebró tras otro previo con familiares. Un reacercamiento real y sólido, sin embargo, parece en este momento bastante complejo.
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