No me sorprenden Pedri y Casadó, los veo cada día, son muy buenos


Hansi Flick no podía estar más feliz. El partido discurrió como había deseado: el equipo exhibió una clara reacción a su actuación de Vigo y ganó con solvencia, sin pasar apuros atrás y con el único pero de no haber decantado el duelo mucho antes, en al excelente primera mitad. Pero al final de los 90 minutos nada quitaba la sonrisa de la cara del técnico. Ni los silbidos Frenkie de Jong, una anécdota en el global de una noche redonda. Tenía muchos más motivos para estar contento.

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