Llegó la primera victoria del Barça sin Lamine Yamal. Un alivio porque, además, le da al equipo de Flick un lugar privilegiado entre los ocho primeros de Europa.
1.- ‘Lewy’ se sube al podio de Cristiano y Messi
El penalti se lo inventó Pedri con un soberbio pase al corazón del área para que Lewandowski amortiguara la pelota con el pecho sin saber que sería inmediatamente arrollado por Bizot, el meta del Brest. El penalti era catedralicio. Y el delantero polaco lo ejecutó con precisión engañando al portero neerlandés, sumando así su gol número 100 en la Champions, encaramado al podio de Cristiano Ronaldo (140) y Messi (129).
Era el primer remate del ‘nueve’ azulgrana y lo aprovechó. Aprovechó la torpeza del guardameta y aprovechó el excelente pase de Pedri para abrir el camino del triunfo. Suma ya el polaco 22 tantos en los 19 primeros partidos, una monstruosa cifra que le emparenta con sus años dorados en Múnich, algunos también con Flick. Ha recuperado Lewandowski la contundencia, atrapado en la melancolía con Xavi. Empezó y acabó con goles el ‘9’.
2.- Las precisas diagonales ‘cubarsianas’
Hay algo extremadamente bello en Pau Cubarsí. Es quien activa el radar de su mente y lo conecta con su delicado pie derecho. Entonces deja pases soberbios por diversos motivos. Por su precisión –no es fácil llevar el balón a la bota del compañero y menos aún si lo tiene, como era el caso de Gerard Martín, a 50 metros- y, sobre todo, por su inteligencia.
Acabada la primera mitad, los ordenadores ponían números a su excelente lectura del partido: 57 pases buenos de 61, o sea un 93%. Pero lo verdaderamente escandaloso era que acertó en ocho de esas nueve diagonales ‘cubarsianas’. Y solo tiene 17 años.
3.- Pedri se divierte
Coincidió el canario con Dani Olmo en el césped, algo que no suele pasar en la selección española. Y Pedri se situó en la zona de creación del Barça, formando pareja con Marc Casadó, situado, por lo tanto, el exjugador del Leipzig en la media punta. A Olmo le encanta estar ahí, por detrás de Lewandowski, llegando con más asiduidad al área rival.
Y Pedri, entretanto, se lo pasaba bomba con el balón, manejando el tiempo del partido, provocando la pausa necesarias para que el juego azulgrana no se acelerara demasiado. Una de las peticiones de Flick para intentar conectar a su Barça, aunque no se salió con la suya. Pedrí, sí. Se marchó ovacionado por Montjuïc.
4.- Portería sellada
A Iñaki Peña se le vio más en su función de líbero, colocado a más de 30 metros de su portería, que de guardameta. El Brest, que venía con 10 puntos de 12, ni se asomó a su hogar. Y al Barça le tocó sellar, al fin, su marco. No sufrió nada porque la línea defensiva integrada por Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez y Gerard Martín, tuvo una noche plácida, entre otras razones porque el equipo fue mucho más compacto.
No había tanta distancia como en San Sebastián o Vigo porque el Brest tampoco era la Real Sociedad o el Celta. Partido en el que estuvo atento Iñaki Peña, que debió usar más los pies que las manos, viviendo siempre lejos de su área. Y al quinto encuentro, el Barça no encajó ningún gol, todo un acontecimiento después de que Espanyol (1), Estrella Roja (2), Real Sociedad (1) y Celta (2) sí supieron batir al meta azulgrana.
5.- Funcionó el fuera de juego y gol anulado
No hay mejor indicador del Barça de Flick que hacer recuento de los fueras de juego que provoca en el rival. Con el Brest volvió a ser el equipo que había sido esta temporada. Cometió hasta seis fueras de juego, incluyendo un gol anulado al conjunto francés. Es ya el décimoquinto tanto ilegal que provoca el conjunto de Flick, quien se sintió cómodo justo cuando más lo necesitaba.
Era, en realidad, el mismo Barça de Vigo (entró Fermín por Gavi), pero el comportamiento fue radicalmente distinto.