A sus 36 años, disfrutando de una segunda o, tal vez, hasta tercera juventud, Robert Lewandowski se sienta orgulloso en el mismo lugar que los dos mejores goleadores de la historia de la Champions. Coge la silla y se pone, con sus dos tantos al Brest sumó ya 101 en lo que siempre fue la Copa de Europa, al lado de Cristiano Ronaldo (140) y Messi (129). Junto a dos monstruos que han canibalizado todas las estadísticas aparece el delantero polaco, a quien Flick ha hecho rescatar la sonrisa tras la melancolía en que se sumergió la pasada temporada con Xavi.
Estaba oxidado entonces. Su juego y, sobre todo, sus cifras así lo delataban. Apenas 26 goles en 10 meses revelaban una tendencia descendente, que tapó su primer gran año en el Camp Nou, alcanzando la cifra de 33 tantos. Ahora, y coincidiendo con la llegada a Barcelona de su antiguo entrenador en el Bayern Múnich, el ‘nueve’ vuelve a volar.
Ahora lleva 22 goles en tan solo cuatro meses lo que prueba la brutal metamorfosis que ha vivido. Parece el Lewandowski de sus gloriosos años en Baviera. “Estoy orgulloso de mí mismo”, confesó al terminar el duelo con el Brest en el que acreditó que sigue siendo un tipo absolutamente certero.
Dos disparos firmó en Montjüic. Los dos acabaron en gol. El primero fue un penalti, provocado por el delantero polaco, ayudado, eso sí, por la torpeza de Bizot, el meta del conjunto francés. Y en el segundo, ya en el tiempo añadido, giró el tobillo con tal naturalidad que hasta el tanto parecía fácil y sencillo. Pero no lo es.
Una idea para Robert
El ecosistema táctico que le ha creado Flick ha promovido esa resurrección. “El equipo ayuda a Robert a marcar estos goles. Él es responsable, sabe que los tiene que marcar y está en las posiciones para hacerlo. El equipo es maravilloso”, declaró el técnico alemán, feliz porque llegó la primera victoria sin Lamine Yamal.
«No esperaba marcar más de 100 goles en la Champions. Estoy increíblemente feliz. No solo es historia. Estoy muy, muy feliz», reconoció el delantero polaco, quien está ofreciendo unos meses en los que su eficacia roza la perfección. Basta repasar sus estadísticas en las cinco primeras jornadas de la Champions: 15 tiros, ocho a puerta y siete goles (85% de acierto).
En la Liga, donde es el Pichichi, baja esa asombroso balance, pero se mantiene en un ratio muy respetable: 47 tiros, 27 a puerta y 15 goles (55% de acierto). Tiene el punto de mira muy ajustado el ‘nueve’ del Barça, que, además, obsesionado como es con el cuidado de su cuerpo, está a una excelente condición física. Lo ha jugado todo. Todo es todo: 19 partidos (y nueve completos) de 19 posibles. Es el tercero más usado por Flick, con 1.572 minutos, solo superado por Iñigo Martínez (1.596) y Raphinha (1.576).
Vive feliz Lewandowski, a quien una cláusula en su contrato (si juega más del 60% de los partidos) le permite garantizarse su continuidad para la próxima temporada. Y eso le daría tiempo al club a ir buscando la sucesión de un ‘nueve’ que ha sido fundamental en la transición del Barça pos Messi.
Firmó el delantero polaco en julio de 2022 por cuatro temporadas, y con un salario ascendente, siendo la última de carácter opcional. Pagó el Barça 45 millones de euros más cinco opcionales. Pero su tormenta de goles abren la puerta a Lewandowski para poder jugar en el nuevo Camp Nou mientras Deco, el director deportivo azulgrana, rastrea el complejo mercado de los goleadores.
Tipos como Viktor Gyökeres, el delantero sueco del Sporting de Portugal (24 goles en 20 partidos ha anotado esta temporada) están en su radar. Pero no solo el Barça lo quiere sino los grandes clubs europeos.