Europa inicia uno de sus ciclos políticos más agitados. El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca con las dos guerras abiertas en Gaza y Ucrania obligan a los estados miembros a acelerar la apuesta por la autonomía industrial europea, además de en defensa. Sigue el crecimiento exponencial de China y la explosión de la inteligencia artificial (IA) amenaza los estándares de seguridad y privacidad, pero Europa quiere proteger a sus ciudadanos y, a la vez, ser capaz de innovar. La eurodiputada española Laura Ballarín, del partido socialista, forma parte del Comité de Mercado Interno y Protección al Consumidor y también de la Delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con Estados Unidos, donde tiene un papel activo en el fortalecimiento de las alianzas transatlánticas en un momento de cambio. En conversación con EL PERIÓDICO, Ballarín analiza los retos de la recién estrenada legislatura europea.
Europa y EEUU inician ciclo político casi a la vez, ¿cuáles son los retos de esta alianza?
Desde Europa nos sentimos hoy más solos que hace dos meses en la defensa de un mundo global basado en la paz y en los valores democráticos. EEUU es un aliado importantísimo y ahora mismo la segunda administración Trump no parece que comparta la visión de mantener ese orden multilateral en el que se basaron nuestras normas y valores después de la Segunda Guerra Mundial. Trump ha amenazado con reducir la contribución de EEUU a la OTAN y, si retira la ayuda económica y militar a Ucrania, tenemos que estar preparados. Para la UE, el apoyo a Ucrania es la defensa de territorio y del propio proyecto europeo. A nivel industrial, esto nos ha de servir para apostar por la autonomía, reducir dependencias. Y en cuanto a los resultados de las elecciones americanas, también estamos tratando de entender qué ha pasado.
¿Qué lecciones sacan de los resultados electorales en EEUU?
Estamos tratando de entenderlos demográfica y sociológicamente porque las tendencias electorales son globales. Ya lo vimos en 2016, que empezó con el referéndum del Brexit y cuando la primera victoria de Trump nos pilló a todos absolutamente desprevenidos. Luego hubo una ola de gobiernos autoritarios, desde Brasil a otros países de la Unión Europea. En estas elecciones, Trump ha tenido mucho más apoyo de las minorías, sobre todo del voto latino, y eso es importante tenerlo en cuenta para mejorar cómo hablamos a los ciudadanos de las políticas sociales que desarrollamos. Y luego hemos visto también la enorme ayuda de Elon Musk y su red social que ha puesto al servicio de una desinformación descarnada y de una campaña de odio y mentiras que, por desgracia, ha sido muy efectiva.
La regulación de las tecnológicas fue una prioridad en la pasada legislatura, ¿cómo se está empezando a poner en práctica?
Es el momento de poner en práctica leyes importantes que aprobamos en la pasada legislatura, entre las que se encuentra la primera ley de la IA para avanzar en la transición digital y para la protección de los consumidores. En ellas se empieza a poner coto a las grandes plataformas Google, Apple, Meta, TikTok, pero es necesario ir un paso más allá para la protección de menores en línea y regular por primera vez los diseños adictivos de las plataformas que afectan al bienestar emocional de menores y adultos.
¿Cuál es ese paso adelante en la protección del menor?
La verificación de la edad es fundamental. Las plataformas nos dicen que no es posible verificar la fecha de nacimiento sin violar la privacidad de los menores, pero sabemos que la tecnología lo permite y se está trabajando en diferentes fórmulas aquí en España con la Fábrica de Moneda y Timbre y con la Asociación Española de Protección de Datos. Otros países también lo están haciendo, pero necesitamos un frente común para plantar cara a estas plataformas. Desde la Comisión de Mercado Interior estamos tratando de proteger al menor de la exposición a la pornografía, ya que su primer contacto con este tipo de contenido se ha ido adelantando hasta los 9-11 años, y en la mayor parte de los casos no es buscado. Les aparece como anuncio o ventana emergente jugando a un videojuego o viendo un vídeo de YouTube. Es una cosa terrorífica.
¿Está Europa tratando de ser pionera en sus regulaciones sobre tecnología?
Durante años, se ha dicho que EEUU innova, Europa regula y China copia. Europa quiere salirse de ese mantra. Es cierto que con la ley de la IA fuimos vanguardistas en dar un enfoque humanista y ético para la regulación de los riesgos que se desprenden de esta tecnología, evitar la vulneración de datos y privacidad, su uso para el control social con datos biométricos y frenar la desinformación. Desde EEUU, lo que ven primero es que ponemos restricciones a su mercado pero después salen voces que piden regulaciones similares. De hecho, la Administración Biden sacó una orden ejecutiva para regular la IA.
¿Qué tiene que hacer Europa para ser más competitiva?
El informe Draghi señala que hay que simplificar y reducir las trabas burocráticas para invertir y favorecer la creación de empresas. El talento que hay en Europa, y que se puede medir en registro de patentes o en artículos científicos, no se traduce en un número proporcional de iniciativas empresariales exitosas. Tenemos que revisar el marco regulatorio sin que, por supuesto, implique una bajada de estándares sociales o de sostenibilidad. También requiere poner mucho más dinero sobre la mesa.
¿De dónde saldría ese dinero?
Draghi pide impulsar la financiación público-privada, movilizar empresas e instituciones. Con el fondo de recuperación Next Generation se abrió un nuevo instrumento financiero por el que la UE puede incurrir en deuda pública (deuda comunitaria) por primera vez en la historia. Fue para hacer frente a una crisis muy concreta, la pandemia, en muy poco tiempo. Draghi propone invertir 750.000 millones de euros al año, que implicaría repetir los fondos Next Generation anualmente. Nosotros desde España y desde el grupo socialista lo apoyamos, y aunque habrá oposición desde otros países y grupos parlamentarios, es un debate que tenemos que abordar.