Bluesky es la red social de moda. En las últimas semanas, esta joven plataforma alumbrada en 2019 como un proyecto interno de Twitter ha duplicado su base de usuarios en todo el mundo y ya suma más de 23 millones. La victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos y su cercanía con el magnate tecnológico Elon Musk, propietario de X, ha dado pie a un éxodo digital que está beneficiando a la compañía de la mariposa azul.
Rose Wang, de 33 años, es la directora de operaciones de Bluesky. Licenciada en psicología por la Universidad de Harvard, pasó por varias startups digitales hasta unirse al proyecto de la mano de Jay Graber, su directora ejecutiva, de la misma edad. La irrupción de Bluesky ha sido tan meteórica que sus 20 empleados aún no tienen una oficina a la que ir y trabajan en remoto. Es por eso que Wang atiende a EL PERIÓDICO en una videollamada desde su domicilio en San Francisco.
¿Por qué Bluesky está creciendo tanto y tan rápido?
Lanzamos Bluesky en febrero y en la primera semana sumamos un millón de usuarios de Japón. Muchos otros se unieron después cuando Brasil bloqueó temporalmente X y Lula [el presidente brasileño] se abrió una cuenta. Y ahora eso está ocurriendo en Estados Unidos y Canadá, lo que ha despertado el interés de muchos medios de comunicación. Hay hambre de lo que estamos intentando construir. Y eso es porque Bluesky pone por delante que los usuarios puedan elegir.
¿Qué aporta de nuevo que no ofrezca ya X o Threads?
Ya no hay un espacio para las noticias de última hora. Twitter, perdón, X [se ríe] se ha convertido en un espacio partidista que solo amplifica a determinados perfiles y Facebook ya no promociona las noticias. Una de las grandes razones del éxito de Bluesky es que la gente viene para acceder a información, pero se queda porque encuentra más ‘engagement’ y hace amigos. La gente quiere pasárselo bien sin que la acosen.
Ya no hay un espacio para las noticias de última hora. Twitter es un espacio partidista y Facebook ya no promociona la información.
Bluesky está construido sobre un protocolo abierto. ¿Qué beneficios tiene esa estructura?
Estamos abriendo los datos para que cualquier usuario pueda diseñarse su propio ‘feed’ o un servicio de moderación. Las redes sociales se han convertido en guardianes de jardines vallados y nosotros queremos una web abierta como el email, que permite mandar mensajes desde Gmail a Yahoo!. El protocolo abierto permite que los usuarios creen su propia plataforma e inviten a sus amigos para hablar y crear una comunidad. La gente se había acostumbrado a consumir lo que le recomienda el algoritmo y se había olvidado de lo que era compartir.
¿Puede cambiar esta filosofía con la entrada de nuevos inversores?
Que aporten dinero para mantener Bluesky en marcha no significa que tengan el control. La compañía está dirigida por Jay [Graber, directora ejecutiva] y por el equipo.
Hay dudas sobre que os financien fondos del sector de las criptomonedas. ¿Las integraréis en la plataforma?
Blockchain Capital ha invertido en nosotros [liderando una ronda de 15 millones de dólares] porque apoya la descentralización que representa Bluesky, pero no integraremos las criptomonedas a nuestra experiencia social. Queremos ser independientes y autónomos. Por eso a finales de año lanzaremos un plan de suscripciones. Eso sí, no servirá para aumentar la visibilidad de tus mensajes [como sí hace X].
La gente se había acostumbrado a consumir lo que le recomienda el algoritmo y se había olvidado de lo que era compartir.
Sois un equipo de tan solo 20 personas para moderar el contenido de 23 millones de usuarios. ¿Cómo es posible?
Hasta ahora lo habíamos gestionado con un pequeño grupo, pero hemos decidido cuadruplicar nuestra plantilla de moderadores de contenidos, que pasará de 25 a 100 empleados. Tenemos sistemas automatizados que marcan qué publicaciones hay que revisar, pero los usuarios también tienen el control para denunciar aquello que podría violar nuestras políticas. La moderación es gobernanza.
La Comisión Europea ha señalado que Bluesky estaría violando la normativa al no especificar cuántos usuarios tiene en la UE ni dónde está legalmente establecida. ¿Cómo prevén cumplirla? ¿Abrirán una delegación europea?
Tenemos la firme intención de cumplir la directiva europea. Somos una compañía pequeña y que opera en remoto, así que de momento no planeamos abrir una sede en la UE. Nuestra prioridad es mantener la aplicación para que siga estando en línea.
Bluesky ha prometido no usar contenidos de los usuarios para entrenar sistemas de IA, pero como ya se ha podido ver, nada impide que terceros lo hagan ¿Cómo se evitará?
Nuestros datos son abiertos porque queremos evitar volver al modelo publicitario cerrado de otras compañías [que los usan para vender anuncios personalizados]. Estamos estudiando la forma de permitir a los usuarios señalar si consienten o no el uso de sus datos para IA, pero si eso se respeta o no dependerá de lo que decidan los desarrolladores y las empresas. [Bluesky ha comunicado que «no podrá hacer valer este consentimiento fuera de nuestros sistemas»].