En una jornada marcada por los nervios y la intensidad, con cánticos de todo tipo contra la directiva de Chen Yansheng, hubo un gran triunfador. Más allá de la victoria del equipo, el protagonista indiscutible fue Manolo González, ovacionado por la grada hasta el punto de que el técnico llegó a emocionarse.
«Si todo el campo canta tu nombre dos o tres veces sientes un orgullo muy grande. Les estaré agradecido toda la vida. Ni en sueños me habría esperado algo así», reconoció el preparador blanquiazul, que se encontraba en la cuerda floja tras sufrir siete derrotas en las ocho anteriores jornadas. «Era muy importante ganar, veníamos de una racha complicada. Se ha visto que si vamos al 150% podemos competir y luchar por el objetivo», agregó Manolo.
«Amor propio y orgullo»
El técnico agradeció el esfuerzo de sus hombres. «Han estado impresionantes. Se han dejado todo para ganar el partido. No sé lo que habría pasado si no hubiésemos ganado, solo lo sabe una persona, pero no hay que ser muy inteligente para saber que si el equipo no gana y da una mala imagen tienes más opciones de irte fuera. Yo tengo amor propio y orgullo, quiero acabar mi contrato con el Espanyol. No quiero otra cosa», remarcó el míster.
«Es un gran entrenador y una gran persona, estoy muy feliz por él. Se lo merece todo»
El bochorno vivido en Girona dejó muy tocado a Manolo, que necesitaba más que nunca una victoria como la de este sábado. «Tenemos que intentarlo hasta el final como animales. Yo quiero irme a casa con la conciencia tranquila, me dejo todo para eso. Es una cosa de locos lo que ha ocurrido con la grada, lo que siento por ellos no tiene precio», insistió el técnico. «Es un gran entrenador, una gran persona, estoy muy feliz por él. Se lo merece todo», concluyó Cabrera, elegido MVP de un partido con Manolo como gran vencedor.