En unas elecciones de gran trascendencia no solo para el país, también para el andamio de seguridad construido por la UE y la OTAN en el flanco Este, los rumanos votan este domingo la composición de su parlamento. Y lo hacen en medio de una intensa inestabilidad, con los comicios bajo sospecha y la primera vuelta en riesgo de anulación.
Es en esa primera vuelta donde un desconocido antes de los comicios, Calin Georgescu, se erigió en una opción más que probable de escalada al poder sin partido detrás, ni apoyos previos ni presupuesto, solo una extraña e inédita campaña desarrollada por TikTok a base de mensajes ultras, eurófobos y contra la Alianza Atlántica, y con un fuerte aroma a la propaganda del Kremlin.
Se celebran las elecciones rumanas después de un proceso electoral en Moldavia con numerosas acusaciones de compra de votos por parte de agentes rusos, y en medio de una creciente inestabilidad en Georgia, con la presidencia del país acusando de ilegítimo al Ejecutivo. La temperatura sube rápidamente en el este de Europa.
España tiene presencia militar en el país en el marco del esfuerzo de disuasión y vigilancia de la Alianza Atlántica ante Rusia. Recientemente se ha desplegado 200 infantes de marina del Tercio de Armada y 40 vehículos de combate VAMTAC en un subgrupo táctico. Además, el Ejército del Aire tiene instalado en territorio rumano un radar de defensa aérea con 40 militares, y lidera con una escuadrilla de cazas eurofighter el destacamento de policía aérea Paznic.
No caer en el caos
El primer ministro rumano, el socialdemócrata Marcel Ciolacu, ha animado este domingo a sus compatriotas a votar en las elecciones parlamentarias con la mirada puesta en Europa y la OTAN para no caer en el «caos», después del éxito en las pasadas presidenciales de las propuestas ultranacionalistas y euroescépticas.
«He votado para que Rumanía siga estando en el espacio Schengen, en la Unión Europea y en la OTAN. Creo que hoy los rumanos pueden elegir entre la estabilidad y el caos«, ha dicho Ciolacu este domingo tras ejercer su derecho al voto.
«Creo que hoy es un día muy importante para que todos nosotros, los rumanos, continuemos nuestro viaje por Europa y el Atlántico Norte. Es lo más importante que tenemos que elegir hoy», ha expresado al salir de su colegio electoral en Buzau.
En esa línea se ha manifestado el presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, quien, tras votar en Bucarest, ha celebrado que en anteriores elecciones, los rumanos hayan votado por el «camino euroatlántico».
«Estamos bien integrados en la Unión Europea, estamos bien posicionados y somos muy respetados en la OTAN. Pero para que siga así, tenemos que votar de esa manera. En conclusión, por favor voten. He votado por una Rumanía europea», ha contado.
Por su parte, la candidata presidencial, Elena Lasconi, ha dicho votar por la libertad de Rumanía. «No nos arrodillaremos, seguiremos siendo libres, pensaremos libremente», ha manifestado la líder conservadora, informa el diario ‘Adevarul’.
Auge de la extrema derecha
Por otro lado, su rival en la segunda vuelta de las elecciones, Calin Georgescu, ha optado por no responder a las preguntas de la prensa. «Ustedes tienen todas las respuestas», ha dicho visiblemente contrariado. «He visto que están muy enojados conmigo por no responder preguntas. Sí, no acepto preguntas y tampoco lo haré ahora (…) Superado esto, quiero decirles que quiero ser un presidente que ponga a su gente, a su país, en primer lugar. Eso no se negocia», ha dicho Georgescu.
Los rumanos votan este domingo en unas elecciones parlamentarias marcadas por la posible anulación de los resultados de la primera vuelta de las presidenciales de la semana pasada, así como por el auge de la extrema derecha tras la sorprendente victoria en aquellos comicios de Calin Georgescu, candidato nacionalista considerado prorruso y cuya campaña ha sido cuestionada por falta de transparencia.
En estas elecciones el Partido Socialdemócrata (PSD) no parte como favorito, según las encuestas, que la sitúan como segunda fuerza más votada, con el 21,4 por ciento de los apoyos; aunque no muy lejos del primero, la euroescéptica y conservadora Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), que obtendría el 22,4 por ciento.