Estaba Dani Olmo en la lista de convocados ante el Las Palmas. E, incluso, parecía que estaba bien físicamente. Hasta se sentó en el banquillo. Un banquillo que no abandonó ni tan siquiera para calentar, a pesar de que el Barça estaba descomponiéndose en lo que acabaría siendo la primera derrota de la temporada en su estadio.
Pero ni así, en un escenario tan complejo, tuvo Hansi Flick la tentación de quitarle el chándal para aprovecharse de su desequilibrio y claridad en el juego ofensivo. Ni un minuto jugó Olmo, un futbolista que nada más llegar tuvo un impacto descomunal en la estructura ofensiva azulgrana.
No fue, sin embargo, una decisión del técnico alemán sino de los médicos del Barça, quienes detectaron esos problemas musculares. «Espero que esté listo para el martes porque la calidad que tiene Dani nos aporta mucha calidad en nuestro juego. Tenía pequeñas molestias, no queríamos arriesgarnos porque lo necesitamos para los próximos partidos», contó Flick tras el «decepcionante» 1-2 del Las Palmas.
En Alemania ya vivió la pasada temporada una situación similar porque solo jugó 25 partidos debido a que padeció dos lesiones: una en la rodilla (septiembre 2023) y tuvo que pasar por el quirófano para ser intervenido de la clavícula (noviembre 2023), que le tuvo de baja hasta enero. Llegó a perderse hasta 20 partidos porque causó baja ya en el tramo final del curso alemán por unos pequeños problemas musculares.
Confiado anda, ahora sí, Flick en tenerlo en Mallorca para medir si el equipo ha entendido los problemas que han provocado su derrumbe en este noviembre, sumando solo un punto de nueve posibles, permitiendo así que Madrid y Atlético se enganchen a la Liga.
Es, por lo tanto, el fichaje que no ha podido saborear el entrenador alemán. Solo hizo dos el Barça este verano (45 millones por Olmo y 3 por Pau Víctor). Y no ha podido aún tenerlo en su máxima expresión el técnico azulgrana porque ni ha participado siquiera en el 30% de minutos posibles.
Desde que llegó, en agosto pasado, Flick no ha podido contar con una pieza tan singular y determinante como es el exjugador del Leipzig. Olmo ya no pudo empezar la temporada porque se perdió las dos primeras jornadas.
No estaba inscrito debido a los problemas del club para encajar el ‘fair play’ salarial que le exigía la Liga. Sí se le hizo hueco, al final, porque se aprovechó la lesión de Christensen para permitirle ser registrado y ponerse, al fin, a las órdenes de Flick.
Debutó en Vallecas de manera espectacular. Apareció en el descanso, mientras ganaba el Rayo (1-0), supliendo a Ferran Torres. Al cuarto de hora llegó el empate de Pedri (1-1) y en el minuto 82, tras recibir una gran asistencia de Lamine Yamal, firmó Olmo el tanto del triunfo (1-2) poco antes de que Marc Bernal sufriera una grave lesión en la rodilla que le hizo perderse la temporada.
Lesión muscular en Montilivi
Entró a lo grande en el equipo siendo decisivo en la estructura ofensiva (gol al Valladolid, gol al Girona). Pero fue en Montilivi donde se quebró sufriendo la primera lesión muscular desde que viste de azulgrana.
Justo coincidiendo con el tercer partido que jugaba. Y ninguno fue completo. Casi un mes y medio de ausencia obligó a Flick a buscar soluciones para tapar ese enorme impacto provocado por el juego dinámico, creativo e inteligente de Olmo, que estuvo hasta siete encuentros consecutivos sin pisar el césped.
Volvió en el Bernabéu saliendo desde el banquillo, fue titular y clave en el triunfo sobre el Espanyol en el derbi, con dos tantos en apenas, 19 minutos y después Flick fue tutelando, y con enorme cuidado, su inclusión en el equipo.
Suplente en Belgrado, suplente en San Sebastián, titular en Vigo (esos 89 minutos indican que es el partido que más tiempo ha estado en el campo), titular y gol al Brest (sustituido en el m. 68) y suplente en Montjuïc contra Las Palmas. Una suplencia que decidió más Ricard Pruna, el médico, que el entrenador.
10 partidos de 20
En realidad, Flick tiene a Dani Olmo desde agosto, pero, por una razón u otro, no lo ha podido disfrutar. Solo ha jugado 10 partidos de los 20 oficiales que lleva (ninguno completo) y si se va en términos de minutos la complejidad del problema es todavía mayor.
Apenas ha disputado 517 minutos de los 1.800 posibles. O sea, apenas un 28, 7%. Y ha marcado seis goles (cinco en la Liga y uno en la Champions), disparándose su registro a un tanto cada 85 minutos.
Por eso, Flick añora la figura de Dani Olmo. Añora y se preocupa, obligado como está a tener que cuidarlo. Si de él hubiera dependido habría sido titular ante Las Palmas, rol que le tiene ahora reservado para visitar este martes al sorprendente Mallorca de Arrasate, encaramado al sexto lugar sacando una extraordinaria rentabilidad a sus goles marcados. Suma 15 y ha logrado 24 puntos, que le permiten vivir cómodamente en la zona europea.