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El frente y los avances de la ofensiva rebelde en el norte de Siria se han frenado este lunes ante la insistencia turca —país que financia, arma y paga las milicias rebeldes— para que el presidente sirio, Bashar al Asad, se siente finalmente a negociar con la oposición y Ankara.
«El régimen de Damasco no ha cumplido su obligación de llegar a una resolución pactada del conflicto, y los ataques constantes contra civiles han reiniciado la guerra. Nosotros llevamos avisándolo desde hace mucho tiempo. Damasco debe reconciliarse con su gente. Es su falta de diálogo lo que ha empujado a que la situación haya llegado a este punto», ha dicho este lunes en rueda de prensa el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan.
A su lado se encontraba su homólogo iraní, Abbás Araghchi, que este lunes ha llegado a Ankara, la capital turca, después de haberse reunido este domingo por la noche, en Damasco, con Asad.
Ninguno de los dos ministros ha hablado, durante la rueda de prensa, de un más que probable intercambio de comunicaciones entre los gobiernos sirio y turco a través de la mediación del ministro iraní.
«Hemos llegado a un acuerdo con mi hermano Fidan: organizaremos muy pronto un nuevo encuentro entre Rusia, Irán y Turquía, en lo que es conocido como el Proceso de Astaná«, ha dicho Araghci en referencia a las distintas conferencias realizadas por los líderes de los tres países para acordar un final pactado a la guerra de Siria.
Teherán y Moscú son los dos grandes aliados de Damasco; gracias a ellos Asad, a punto de ser derrocado en 2015, consiguió mantener su régimen vivo. «La inseguridad y la inestabilidad en Siria es un golpe a la estabilidad regional. Siria no puede convertirse de nuevo en un centro internacional de organizaciones terroristas«, ha dicho este lunes Araghchi.
Bombardeos constantes
En 2020, Turquía, Irán y Rusia consiguieron pactar un alto el fuego en la región opositora de Idleb que congeló los ataques y combates entre régimen y oposición, pero no frenó los bombardeos de la aviación rusa y siria contra la población civil.
Estos ataques, con la ofensiva opositora arrancada la semana pasada, se han intensificado. Más de dos docenas de civiles han muerto este lunes en bombardeos del régimen de Damasco y sus aliados contra la ciudad de Idleb, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH). Estos bombardeos han impactado contra dos hospitales de la región.
Así, durante la última semana, los rebeldes sirios y su principal patrocinador, Turquía, han conseguido casi doblar su control territorial en el noroeste de Siria y, más importante, dominan ahora la segunda gran ciudad del país, Alepo.
Según expertos turcos cercanos al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, Ankara busca, con esta ofensiva, obligar a Asad a sentarse con el presidente turco y negociar el regreso de los tres millones de refugiados sirios que actualmente viven en Turquía.
«Este lunes hemos discutido sobre cómo crear estabilidad en Siria —ha dicho Araghchi ante Fidan—, y sobre la forma de conseguir que los refugiados sirios puedan volver a su país».
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