Emmanuel Macron se niega a volver a la incertidumbre política y, tras aprobarse la moción de censura contra su gobierno, este jueves inicia la ronda de consultas. Después de que el primer ministro saliente comunique su dimisión, tal y como marca el protocolo, la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet y el presidente del Senado, Gérard Larcher, se reunirán en el Palacio del Elíseo con Macron.
La inquietud pesa en el ambiente. Braun-Pivet pidió este jueves al presidente nombrar «rápidamente» a un primer ministro para no «dejar que la incertidumbre» se instale en la política de Francia tras largos meses de inestabilidad. Para Yaël, en estos momentos, el principal objetivo de Macron debería centrarse en “tranquilizar a los franceses”, ante una situación cuanto menos difícil.
La izquierda insumisa lo ha dejado claro en repetidas ocasiones: el próximo gobierno será de izquierdas o no será, pero entre los nombres para ocupar el nuevo puesto de primer ministro, el que suena con más fuerza en las últimas horas es el de Sébastien Lecornu, actual ministro de defensa. Él insiste en que “no es candidato a nada”.
La lista es variada, desde el ex primer ministro de centro izquierda, Bernard Cazeneuve, a François Bayrou, fundador del partido europeísta Movimiento Demócrata, y por último Lecornu, quien podría convencer a Marine Le Pen. Sobre el posible nombramiento del socialista Cazeneuve, los insumisos dejan claro que no entra en su lista de deseos, sino más bien en la del veto, puesto “que no es del Nuevo Frente Popular”, insistió la diputada insumisa, Mathilde Panot.
La política francesa vive uno de sus momentos más excepcionales. Desde 1962, con la caída del gobierno de George Pompidou, que no se producía nada parecido. El gobierno de Michel Barnier ha batido el récord del gobierno más corto de la Vª República. Una sensación de vértigo que se traslada al hemiciclo parlamentario. «No nos quedaremos estancados, no estaremos en la peor estrategia (…), no derribaremos al Gobierno, no haremos lo que hizo Marine Le Pen», declaró el jefe de Los Republicanos, Laurent Wauquiez, que insistió en que lo más importante en este momento es obtener un gobierno que reduzca el desperdicio de dinero público, mejore la vida de los trabajadores y la seguridad del país.
Comparecencia de Macron
Este jueves a las 20h, se espera que el presidente Emmanuel Macron se dirija a la nación un día después de la muerte anunciada del gobierno de Michel Barnier.
La oposición insiste en que el jefe de Estado debería dimitir por ser responsable de este “caos” tras disolver la Asamblea Nacional el pasado mes de junio. “Es un error histórico que se cometió y que estamos pagando caro y que significa que, en realidad, no podremos seguir así hasta 2027”, aseguró el diputado Jean-François Copé.
Según los últimos sondeos, el 62% de los franceses considera que Emmanuel Macron debería dimitir tras la caída de su Gobierno.
Los mercados tiemblan
«Esta votación refleja el ambiente político fracturado del país» y «este acontecimiento es negativo para el crédito» o la calificación del país, anunció la agencia de calificación mundial, Moody’s, este jueves a través de un comunicado.
La moción de censura reduce la probabilidad de la consolidación de las finanzas públicas de Francia que, desde hace meses se encuentran en la cuerda floja. El objetivo del gobierno era reducir su déficit público al 5% el próximo año, que este 2024 cerrará superando el 6%, según las estimaciones previstas, «Actualmente, esperamos que el déficit anual del país alcance el 6,3% del PIB en 2024, el 5,3% en 2025 y el 4,7% en 2026, muy por encima de los techos de la Unión Europea», afirmaron desde Moody’s.
El 30 de noviembre, S&P mantuvo sin cambios la calificación del país (AA−). Una nota sobre la deuda soberana francesa que ya rebajó el pasado junio de AA a AA-.