La élite tecnológica de Estados Unidos se está apresurando a tender la mano a Donald Trump. En las últimas horas, grandes directivos de Silicon Valley como Mark Zuckerberg, propietario de Meta, o Jeff Bezos, de Amazon, han prometido ayudar a la próxima administración republicana, que se instalará en la Casa Blanca a partir del 20 de enero.
Este miércoles, Bezos se mostró optimista sobre el segundo mandato trumpista y dispuesto a ayudar al próximo presidente a recortar las regulaciones federales que afectan a su negocio. «Parece tener mucha energía en torno a la reducción de la regulación, y si puedo ayudarle a hacerlo, voy a ayudarle», dijo el segundo hombre más rico del mundo en una conferencia organizada por The New York Times. «Tenemos demasiada regulación en este país».
Así, Bezos trata de mejorar su relación con Trump, históricamente tensa. En 2018, durante su primer mandato, el líder conservador acusó a Amazon de «pagar pocos o ningún impuesto a los gobiernos estatales y locales, utilizan nuestro sistema postal como su repartidor (causando enormes pérdidas a los EE.UU.), y están poniendo muchos miles de minoristas fuera del negocio».
Trump también acusó entonces a The Washington Post, propiedad de Bezos, de difundir «fake news» sobre él. Tan solo 11 días antes de las elecciones presidenciales en EEUU, Bezos maniobró para que el periódico capitalino no publicase una editorial favorable a la demócrata Kamala Harris, sepultando una tradición establecida en 1976.
Menos moderación de contenidos
Este martes, la compañía que controla Facebook, Instagram y WhatsApp afirmó que en el pasado «se excedió un poco» a la hora de moderar contenidos relacionados con la pandemia del covid. Ese mensaje se entiende como una concesión para calmar a Trump, que ha acusado reiteradamente a Meta de censurar los mensajes conservadores. El gigante tecnológico bloqueó las cuentas de Trump después de alentar en enero de 2021 la insurrección violenta de sus seguidores contra el Capitolio.
En ese intento de acercamiento, el Presidente de Asuntos Globales de Meta, el expolítico británico Nick Clegg, también dijo que Zuckerberg busca tener un «papel activo» en la política tecnológica del próximo gobierno de EEUU. Eso es, tratar de condicionar las medidas que adoptará la segunda presidencia Trump, especialmente aquellas relacionadas con las redes sociales o la inteligencia artificial (IA), dos de sus principales negocios.
La concesión de Meta llega después que, el pasado 27 de noviembre, Zuckerberg volase desde su residencia privada en Hawaii a la mansión trumpista de Mar-a-Lago para cenar con el presidente electo y algunos de los miembros de su gabinete. «Es un momento importante para el futuro de la innovación estadounidense», dijo su portavoz, Andy Stone.
Zuckerberg lleva meses maniobrando para gustar a Trump. En julio, el director ejecutivo de Meta aseguró que la reacción del entonces candidato presidencial a su intento de asesinato, gritando y con el puño en alto, era «una de las cosas más cojonudas que he visto en mi vida», una loa inusual. Durante la campaña, ‘Zuck’ mantuvo silencio y prometió «ser neutral». Poco antes, Trump le había amenazado, sugiriendo que Meta condicionó su derrota electoral en 2020: «Le estamos vigilando de cerca, y si esta vez hace algo ilegal pasará el resto de su vida en la cárcel».