Eran casi las siete de la tarde del 15 de abril de 2019. Empiezan a sonar las alarmas en la oficina y Olga, una española en París, recibe un mensaje por el chat de la empresa. “Se está produciendo un incendio en Notre Dame. No hay más información, pero por seguridad, os pedimos que os marchéis todos a casa y evitéis el transporte público”. Las horas posteriores a ese anuncio, las conoce casi todo el mundo. Probablemente haya sido uno de los incendios más seguidos virtualmente de los últimos años. Miles de usuarios conectados a sus pantallas, siguiendo minuto a minuto el incendio de una de las catedrales más importantes del mundo: Notre Dame de París.
A sus pies, decenas de personas se agolpaban frente al perímetro de seguridad rezando para que los casi 500 bomberos que trabajaban en extinguir el incendio pudieran apagar las llamas lo antes posible. Cinco años después, el motivo del incendio sigue siendo una de las grandes incógnitas que alimenta todo tipo de teorías: un sistema eléctrico defectuoso que saltó durante unas obras que se estaban realizando, un fuego accidental durante dichos trabajos, o un sabotaje a la religión cristiana. En cualquier caso, el incendio demostró que el sistema de seguridad de aquel momento era insuficiente.
En tan solo minutos, el fuego se propagó rápidamente por el techo, compuesto por vigas de madera centenarias, derrumbándose y llevándose por delante parte del altar, y la famosa aguja que presidía Notre Dame. Tras el incendio, el presidente Emmanuel Macron prometió a los franceses recuperar el monumento en tiempo récord y así fue. También gracias a las donaciones, que llegaron a alcanzar en tan solo 24 horas más de 600 millones de euros.
Cinco años después, la catedral de Notre Dame volverá a abrir sus puertas este sábado con aires renovados. Como hace apenas cuatro meses por los Juegos Olímpicos, París volverá a vestirse de gala durante varios días para celebrar esta apertura ante los ojos de jefes de Estado y de Gobierno y de miles de personas. Incluso Donald Trump se ha sumado a una fiesta de la que, en cambio, se borró el papa Francisco. Y también como en la cita olímpica, los fastos coincidirán con una inestabilidad política convertida esta semana en convulsión tras la caída del Gobierno de Michel Barnier, el más corto de la Quinta República.
Cómo era y cómo es
Notre Dame es una de las catedrales más icónicas del mundo con más de 800 años de edad. Aunque, el edificio ha pasado por importantes transformaciones a lo largo de su historia. Fue construida entre XII y XIV bajo un estilo gótico francés, en el que se destacan sus impresionantes vitrales y sus arcos en punta.
En su fachada occidental están representadas escenas bíblicas con distintas esculturas y un imponente rosetón central. Uno de los elementos principales, que se convirtió en todo un símbolo de la catedral es su aguja, diseñada por Eugène Viollet-le-Duc en el siglo XIX. La ‘fleche’ fue destruída durante el incendio de 2019 junto con el techo de madera, conocido como «El bosque», puesto que se utilizaron una gran cantidad de árboles para su construcción.
Aunque la estructura y su fachada no se vieron afectadas, la catedral quedó muy dañada tras el incendio de 2019, y necesitó de semanas de estudios para analizar la gravedad de los daños, y más de 1.000 trabajadores y artesanos que trabajaron en las obras de rehabilitación durante estos cinco años.
Nada ha quedado en el olvido durante la restauración: rehabilitar sus piedras y mármoles de paredes y suelos, reconstruir los frescos, limpiar meticulosamente su órgano afectado por el humo del incendio, e incluso las campanas fueron trasladadas a la fundición de Normandía para ser restauradas. El mismo lugar que las vió nacer hace cientos de años.
La aguja, uno de los elementos más dañados durante el incendio, ha sido reconstruida siguiendo el diseño de Viollet-le-Duc, y utilizando roble para la estructura y plomo para su revestimiento. Para el techo de madera se ha utilizado una técnica más moderna llevando a cabo una recreación, que evitará riesgos en caso de futuros desastres.
Desde un primer momento, las instituciones dejaron claro que los trabajos de restauración tendrían como objetivo devolver a Notre Dame su esencia, respetando su diseño original, pero utilizando técnicas modernas que mejorasen su resistencia ante situaciones de peligro, como la vivida en 2019. De ahí, que se hayan instalado sistemas eléctricos más seguros y un sistema de seguridad contra incendios e inundaciones.
En estos cinco años, los trabajos solo se han detenido una vez, durante el covid 19. Un retraso de varias semanas que impidió a Macron cumplir su sueño de ver inaugurada la catedral para los Juegos Olímpicos. Ahora, con una imagen renovada, el Ministerio de Cultura debate si empezar a cobrar entrada, como ya hacen otros monumentos similares, como la Sagrada Família de Barcelona o el Duomo de Milán. La propuesta generó una gran polémica y finalmente, la idea quedó aparcada.
Ceremonia de apertura
Este sábado, Notre Dame de París abre sus puertas al público. Lo hará bajo un importante dispositivo de seguridad similar al que ya se aplicó durante los Juegos Olímpicos, y ante la atenta mirada de una multitud de jefes de Estado y representantes de la cultura. En realidad, los eventos de inauguración durarán varios días, pero el principal será hoy, cuando el arzobispo de París, Laurent Ulrich, presidirá la ceremonia de reapertura, que incluirá el despertar del gran órgano de la catedral, seguirá un espectacular concierto de música pop, rock y clásica.
Se prevé la participación de un impresionante elenco de superestrellas, desde Pharrell Williams y Angélique Kidjo, hasta estrellas del mundo de la ópera de la talla de Nadine Sierra, Pretty Yende y Benjamin Bernheim, o músicos como los pianistas Lang Lang y Khatia Buniatishvili, el organista Olivier Latry, los violinistas Renaud Capuçon y Daniel Lozakovich, y el violonchelista Yo-Yo Ma.
El encargado de dirigir la filarmónica de Radio France será Gustavo Duhamel. Todos los artistas actuarán en el interior de Notre-Dame, y les acompañarán un impresionante espectáculo de luces desde el exterior. Promete ser el evento cultural más importante de los últimos años.
Tras varios días de homenajes, el 16 de diciembre, la catedral volverá a su horario normal de apertura diaria, y se espera que millones de visitantes vuelvan a visitar de nuevo Notre Dame para presenciar con sus propios ojos su milagroso renacimiento.
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