El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha explicado este domingo que su departamento tiene ya preparado el plan de emergencia para sacar a los españoles en Siria que deseen salir del país, en cuanto se abran las fronteras terrestres o aéreas.
En declaraciones a EFE, el ministro se ha referido al colapso del régimen de Bachar al Asad a manos de insurgentes liderados por el denominado Organismo de Liberación del Levante, que este domingo han tomado Damasco y han provocado la huida del presidente sirio, y ha precisado que los nueve españoles residentes en el país, de los que tienen constancia en la embajada en Damasco, se encuentran bien y solo uno de ellos ha manifestado su deseo de salir.
En esa línea, ha reiterado que el Gobierno tiene listo un plan de evacuación desde hace varios días, cuando comenzó el avance de los rebeldes, y que la principal prioridad en este momento es garantizar la seguridad de la pequeña colonia de españoles en el país, cuatro cooperantes y cinco españolas casadas con sirios, así como los seis trabajadores de la embajada en la capital siria.
No obstante, Albares ha solicitado que si hubiese algún otro español que esté en Siria y del que el Gobierno no tenga constancia, se ponga en contacto inmediatamente con la embajada o con el teléfono consular de emergencia en Madrid.
De esos nueve españoles, solo uno de los cooperantes ha solicitado su salida del país, y el Gobierno ha garantizado que en el momento en que se pueda, procederán a su evacuación, como hizo «en todas las anteriores circunstancias«, en zonas como Afganistán, Ucrania, Sudán, Níger, Gaza o Tel Aviv.
Álbares también ha explicado que hay varias decenas de personas con la doble nacionalidad -siria y española- que tienen su vida establecida en Siria y, hasta el momento, no han manifestado su deseo de salir del país.
Un plan de emergencia por aire o tierra
El plan de evacuación con el que el Gobierno cuenta desde hace días contempla la salida por aire, cuando se abra el aeropuerto de Damasco, o bien la ruta por carretera, vía Líbano, si bien en este momento la frontera está cerrada, ha explicado Albares.
El Gobierno espera así a la apertura de las fronteras y a tener «unas garantías de seguridad mínimas» para la evacuación. El ministro ha indicado que ha movilizado asimismo a la embajada de España en Beirut para que, en la medida de lo posible, se desplace personal a la frontera con Siria para poder verificar la apertura, y para que estén para recibir a los españoles, cuando se pueda transitar por vía terrestre.
Albares también ha subrayado el contacto estrecho entre la Embajada de España y las embajadas latinoamericanas y las de la Unión Europea, y ha señalado que de momento el Gobierno no ha recibido ninguna petición de un país latinoamericano de ayuda para evacuar a sus ciudadanos.
Garantizar la estabilidad en Siria
El Gobierno está en contacto con sus socios europeos y árabes en la región, y el deseo del Ejecutivo es que todo se produzca de manera pacífica y que lo que hasta ahora ha sido un avance militar se reconduzca lo más rápidamente posible hacia un proceso político pacífico, ha dicho el ministro. Añade que el proceso debe garantizar la estabilidad de Siria y su integridad territorial «sin que el país se descomponga en distintas regiones controladas por distintos grupos armados y que no añadan más inestabilidad a un Oriente Medio ya muy inestable».
Albares ha explicado que la información que llega de «fuentes fidedignas, incluida la propia Embajada española» apunta a que el presidente sirio, Bashar al Asad, ya no está en Damasco, y que buena parte de la administración «se dispone a trabajar, o por lo menos colaborar con los insurgentes».
Según las fuentes, ha explicado Albares, los rebeldes han tomado todo el camino, desde Alepo hasta Damasco; ahora están en la capital y «no hay ninguna conciencia» ni de ajustamientos ni de saqueos masivos, aunque sí se han detectado pillajes.
El Gobierno está «en contacto constante» con el encargado de negocios en Damasco y con el personal de la Embajada. El ministro ha reconocido que actualmente la situación es «volátil» y «en buena medida caótica», pero no «de violencia descontrolada o de guerra abierta». Albares explica que para conseguir la estabilidad del país «siempre es importante la voz de la Unión Europea» y añade que España va a hablar y actuar «con mucha claridad bilateralmente, pero también en Bruselas».