No es el mismo equipo ni entrenador que le llevó a ser subcampeón de Europa, pero sí tiene uno de los mejores ambientes del continente. No es el Dortmund que perdió la final de Wembley contra el Madrid hace unos meses, aunque sí tiene algo que le permite vivir protegido como pocos clubs. Pero Hansi Flick ha mostrado su perfil más ambicioso, apelando a la «calidad» de su plantilla para abrirse paso camino de los octavos de final de la Champions.
Tiene el Dortmund un imponente muro amarillo, donde se agolpan 25.000 de los 81.000 aficionados que abarrotan en cada partido el Signal Iduna Park, que se ha convertido, junto a la grada de Anfield, en el escenario más icónico. Allí, en la tribuna sur del estadio, en el ‘Gelbe Wand’, ese muro (100 metros de ancho, 52 de largo y 40 de alto) se levantará ruidoso para medir la capacidad que posee el Barça de Flick para reaccionar tras el empate con el Betis.
«Es cierto, vamos a jugar en un estadio fantástico, con una atmósfera increíble. Pero es algo que nos gusta muchísimo. El ambiente es maravilloso, pero es algo que debemos aprovechar porque nos abre muchísimas ventanas»
«Es cierto, vamos a jugar en un estadio fantástico, con una atmósfera increíble. Pero es algo que nos gusta muchísimo. El ambiente es maravilloso, pero es algo que debemos aprovechar porque nos abre muchísimas ventanas y eso le da una motivación extra al equipo», ha pregonado el entrenador alemán.
El empate y el frustrante mal juego, por lo que, sobre todo, debe certificar en Europa, un territorio inhóspito en el último lustro, que está de vuelta. Un triunfo sobre el Dortmund de Sahin que le permitiría casi garantizarse un lugar entre los ocho mejores, evitando el molesto e incómodo ‘play-off’ de febrero.
El examen de Dortmund, el club por el que entró Lewandowski a la elite procedente de su Polonia natal (estuvo cuatro años en el Borussia antes de irse al Bayern Múnich), medirá la respuesta de los azulgranas. «Hemos demostrado la calidad que tenemos. Tengo una confianza absoluta en mi equipo. Queremos sacar todo nuestro potencial a la luz», ha dicho Flick
Es un partido, además, trascendente para Hansi Flick, un alemán que nunca había salido de su país para entrenar y que regresa, ahora como visitante, a su tierra. Con 59 años (cumplirá 60 en dos meses), el entrenador del Barça ha demostrado vivir por encima de la urgencia. Tiene un plan y lo ejecuta sin dejarse arrastrar por la tentación de las decisiones inmediatas.
No solo lo hace sino que luego lo explica sin importarle las repercusiones. Quitó Flick a Raphinha, Dani Olmo, Lewandowski y Pedri en el Benito Villamarín pensando en la cita europea contra el Dortmund, necesitado de demostrar que Europa ya no le viene grande a este Barça que se está reconstruyendo guiado por un tesoro como es Lamine Yamal.
En la Champions, todo empezó mal con la derrota en Mónaco, condicionada por la temprana expulsión de Eric García (m. 10). Allí, mediados de septiembre, ya se vio el primer indicio de la gestión ‘flickniana’, poseedor de una mirada panorámica que le aleja de las angustias del día a día.
En el Principado iba perdiendo el Barça 2-1 tras el gol de Ilenikhena (m. 71), pero ni así modificó sus planes porque después retiró del campo a Pau Cubarsí, Lamine Yamal, Lewandowski y Pedri. Luego, la goleada al Young Boys (5-0), que provocó la fracasada y masiva rotación en Pamplona para tener la certeza de un imprescindible triunfo en Europa. Faltaba, eso sí, el triunfo que servía como mensaje hacia los demás.
Lamine Yamal vuelve a Europa
Aquel 4-1 al Bayern que fue de Flick le dio a Flick la calma para ir construyendo su proyecto, consolidado en Belgrado (2-5) la noche en que sufrió Lamine Yamal una pequeña lesión en el tobillo derecho, todo consolidado con la goleada al Brest (3-0). El balance en la Champions es excelente: 12 puntos de 15 posibles, los mismos que el Dortmund, con 18 goles marcados (nadie ha marcado tanto en el continente) y cinco encajados.
Si escala el ‘muro amarillo’, Flick se habrá salido con la suya porque habrá llevado al Barça a sortear la primera criba de este nuevo formato. Pero no solo se trata de silenciar a esa ruidosa afición que tan bien conoce Lewandowski sino rescatar alguna de las señas de identidad que se han ido perdiendo en este último mes, sobre todo en la Liga.
Tacto en el regreso de Araujo
En Europa, el Barça ha mantenido a salvo su patrimonio. En España, en cambio, no porque ha permitido que Madrid y Atlético se enganchen al campeonato. Y ya con Araujo como uno más. Lleva casi siete meses sin jugar un partido con la camiseta azulgrana.
«Es divertido tenerlo en los entrenamientos. Tiene mucha fuerza, motiva mucho a sus compañeros e incluso al entrenador», ha dicho Flick sobre el central uruguayo. «Tiene una actitud ganadora, veremos si juega con el Dortmund o el fin de semana. Pero el plan es que juegue, más rápido o menos. Es importante que se haga para evitar cualquier riesgo».