Hay días en los que ir al fútbol se convierte en un ejercicio de pertenencia y de (verdadera) pasión por un equipo. Y el de este miércoles fue uno de ellos. De esos en los que entre que aprieta el frio, asomando ya el invierno como lo hace, y el rival no invita a nada de nada, ni siquiera a temer un poco para darle un poco de emoción y de vidilla al asunto, invitan a quedarse en casa.
Con un equipo, el Atlético, que se sabe muy superior, y otro, como el Slovan Bratislava, que llega con poca o ninguna fe después de no haber sumado ni un punto en las cinco primeras jornadas, se acaba generando un clima que desembocó, para sorpresa de nadie, en lo que todo el mundo espera, con los rojiblancos ganando gracias a los goles de Julián y de Griezmann, por partida doble, y metiéndose de lleno en la pelea por el top-8 de la Champions.
Julián abre la lata
Si el pasado domingo fue noche de desfibriladores en el barrio de San Blas, la de hoy fue de bostezos. Y eso que Simeone, que las ha vivido de todos los colores, no quería saber nada de posibles relajaciones ni confianzas. Por ello presentó un once sin apenas rotaciones con respecto al que viene utilizando en la racha triunfal de su equipo, que con una nueva victoria se alarga ya hasta la decena. Solo un cambio en comparación al partido de Liga contra el Sevilla, dando entrada a Samu Lino en el lugar de Gallagher. El resto, los teóricos titulares, con una banda derecha que ya es propiedad de la dupla Llorente-Giuliano y con la pareja que forman Julián y Griezmann en punta.
Fue precisamente el argentino, que tiene en el balcón del área tiene su parcela particular, el que abrió la lata al cuarto de hora de juego. Es lo que tienen los jugadores tope de gama, que con ellos no hay excusas de adaptación o de sistemas, ni de rivales mejores o peores. Y más cuando es su jugada preferida, esa en la que recibe cerca del pico, se perfila y busca con el interior de su pie derecho la escuadra contraria. Suele encontrarla, como ocurrió ante el Slovan y como seguro que ocurrirá muchas más veces en los años venidoros. La ‘Araña’ quitó las telarañas de la portería del Bratislava y despejó el camino hacia tres puntos que, salvo un único susto, siempre parecieron bajo candado.
Hasta tal punto llegaba la superioridad, que el Atlético se durmió, y pudo meterse en problemas. Perdió De Paul un balón comprometido, el Slovan corrió a la contra, que esa era su idea, Barseghyan pisó área y se vio tan solo que debió pensar, «pues bueno,habrá que probar ya que hemos llegado hasta aquí. Y tras amagar con la cintura, se marchó por fuera y estrelló su remate en el larguero. Un susto que reactivó de forma definitiva al equipo rojiblanco.
Griezmann por partida doble
Apenas unos minutos después, al filo ya del descanso, llegó al rescate Griezmann para disipar cualquier atisbo de dudas. Con la combinación de siempre, esa que tantas veces ha buscado Koke y que ya recae, como tantas otras cosas, en su heredero. Buscó Barrios a Llorente a la espalda del lateral eslovaco, lo encontró y el ’14’ bombeó un balón al área pequeña para que Antoine, que suele ser el más listo entre los listos, remachara de cabeza y acabara con cualquier atisbo de reacción del Bartislava. O eso parecía.
Porque nada más reanudarse el choque, a Lenglet, que debía andar aburrido como casi todo el mundo que andaba por el Metropolitano, se le ocurrió ponerle un poco de picante al partido con un penalti que fue pitado previa revisión del VAR. Y Strelec aprovechó el regalo engañando a Oblak, que se venció a su derecha, y complicando un partido que parecía completamente controlado.
Eso sí, no por mucho tiempo. Ni cinco minutos, los que tardó Griezmann en volver a poner las cosas en su sitio aprovechándose de una línea defensiva y de un portero que pusieron mucho de su parte. Ante su pasividad, el francés solo tuvo que estar atento para cazar un rechace a un remate de Koke, que había entrado por Barrios, y remachar a placer para volver a poner dos goles de ventaja con algo más de media hora por delante.
Descanso para los goleadores
Suficiente para Simeone y los suyos, que no parecieron muy preocupados por engordar un golaveraje que, quién sabe, puede ser decisivo ante futuros empates a puntos. Pero ahora que el Atlético solo parece saber ganar, no pareció ni darle importancia y ante lo que se viene, el Getafe el próximo domingo en el Metropolitano, el técnico argentino dio descanso a sus hombres clave.
Se fueron los goleadores, además de Barrios y Lino, y el partido, que por momentos pareció una pachanga, terminó como estaba para dejar al Atlético a un solo punto del top-8 que le evitaría jugar los dieciseisavos de final. Misión cumplida, sin muchos alardes, y a otra cosa.