El veterano político Josep Borrell se pondrá al frente del CIDOB, el ‘think tank’ con sede en Barcelona dedicado a la investigación en el ámbito de las relaciones internacionales, tras haber dejado hace solo unos días su cargo de Alto Representante para la Política Exterior de la UE. El patronato de la entidad ha propuesto el nombramiento del también expresidente del Parlamento Europeo y exministro socialista para tomar el relevo del historiador Antoni Segura, que preside el centro desde 2017. Borrell, que acaba de ceder el testigo como jefe de la diplomacia europea a la estonia Kaja Kallas tras el nombramiento de la nueva Comisión Europea que preside Ursula Von der Leyen, tomará posesión de su cargo una vez cubiertos los trámites administrativos necesarios.
Creado en 1973, el CIDOB se encarga del análisis de las cuestiones globales que afectan las dinámicas políticas, sociales y la gobernanza, desde lo internacional a lo local. En un comunicado tras la reunión del patronato de la fundación, la entidad ha justificado la elección de Borrell para «reforzar el posicionamiento internacional de este centro de referencia en el estudio de relaciones internacionales», al tiempo que ha agradecido a Segura «su compromiso y dedicación durante los ocho años que ha ejercido la presidencia». En el patronato del CIDOB están representadas todas las administraciones: la Generalitat, el ayuntamiento y la diputación de Barcelona, el Área Metropolitana y el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Expresidente del Parlamento Europeo y exministro de Asuntos Exteriores con Pedro Sánchez y de Obras Públicas con Felipe González, Borrell (La Pobla de Segur, 1947) ha dirigido durante los últimos cinco años la política exterior de la UE, un periodo en el que ha tenido que enfrentarse a la pandemia del covid y a las guerras en Ucrania y Oriente Próximo, con desigual resultado en cada contienda. Y es que si bien logró cimentar la unidad europea frente a la invasión rusa de Ucrania, su denuncia de los excesos de Israel en Gaza chocó con la división que este conflicto provoca entre los Veintisiete.
Azote del independentismo
En su primera conferencia tras dejar el cargo europeo, la semana pasada en Madrid, Borrell describía los peligros que corre Europa ante el segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos: el riesgo de «una nueva guerra comercial en la que todos saldríamos perdiendo»; «el emerger de una potencia, China, que se produce cada vez de una forma más confrontacional»; un Vladimir Putin al que «no se ve dispuesto a sentarse a una mesa de la que salga con un trozo de Ucrania, pues su pretensión es mucho mayor»; y el resurgimiento en Siria de «yihadistas que han cambiado el turbante por la blazer azul, que son los mismos, pero con aspecto distinto».
En clave española, la voz de Borrell se había convertido, antes de volver a Bruselas, en uno de los azotes más contundentes del independentismo catalán, coincidiendo con los años más convulsos del ‘procés’. En 2015 publicó el libro ‘Las cuentas y los cuentos de la independencia’, en el que intentaba desmontar con cifras y documentos las «fábulas» del independentismo. Un perfil combativo y vehemente que cultivó como cara visible del PSC en la gran manifestación de Societat Civil Catalana del 8 de octubre de 2017, pero que también le llevó a cometer exabruptos como su llamamiento a «desinfectar las heridas del ‘procés’ antes de coserlas».
De la política a la empresa privada
Muchos años antes, en 1998, Borrell pasó a la historia como el primer candidato electoral de un partido elegido en primarias en España. Venció en la batalla a Joaquín Almunia, pero los felipistas acabaron ganando la guerra al forzar su caída cuando se destapó el fraude fiscal de un estrecho colaborador suyo, Josep Maria Huguet, que acabó condenado. Truncada su trayectoria política en España, en el 2004 el PSOE le repescó como candidato a las europeas y acabó presidiendo la Eurocámara y elaborando la nonata Constitución Europea.
Su paso a la empresa privada, concretamente a la eléctrica Abengoa, tras el periplo europeo no estuvo exento de algún sobresalto. La Audiencia Nacional admitió una querella contra todo el consejo de administración por falsear las cuentas de la firma, pero el juez solo actuó contra el presidente y el consejero delegado, sin llegar a imputar a Borrell, quien sí tuvo que declarar como testigo en el juicio.
Nuevos patrones del CIDOB
El patronato del CIDOB también se ha renovado con la entrada de nuevos patrones a título individual en sustitución de los que han finalizado su mandato. Esther Barbé, catedrática de relaciones internacionales de la UAB e investigadora asociada senior del IBEI; Josep Maria Carbonell, presidente de la Fundación Blanquerna-URL, y Pau Solanilla, socio de sector público de Harmon y director de la Fundación Rafael Campalans, se incorporarán a la fundación durante la próxima reunión ordinaria, prevista en junio de 2025.