La tristeza de Lamine, por Juan Cruz


Lamine Yamal, durante la derrota del Barça ante el Leganés en Montjuïc. / Efe

La sonrisa rota de Lamine Yamal, que empezó siendo la parte alegre del Barça que recoge un trofeo, es la explicación sin palabras del desastre del domingo, cuando el equipo empezó a caerse desde lo más alto de su esperanza hasta las cabriolas tristes de la autodestrucción. Parecía como si, sin entrenador o desamparados, los chicos se hubieran quedado solos.

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