Al menos 44 personas murieron y otras 76 resultaron heridas la noche del miércoles en dos graves accidentes de tráfico ocurridos en el este de Afganistán, en los que estuvieron involucrados tres autobuses y un camión cisterna, según informaron este jueves a EFE autoridades locales.
El jefe del Departamento de Información y Cultura de la provincia de Ghazni -donde ocurrieron los accidentes-, Hamidullah Nisar, detalló que ambos siniestros se produjeron alrededor de las 23:00 hora local (18:30 GMT). «En dos accidentes separados, la colisión entre dos vehículos tipo 580 (autobús), y la de un camión cisterna con otro vehículo tipo 580, murieron 44 personas y 76 resultaron heridas», indicó Nisar. El jefe departamental calificó la situación de «escena terrible» y no pudo detallar si hay mujeres y niños entre los fallecidos en los dos accidentes.
Los servicios de emergencia respondieron rápidamente, según las autoridades locales, que informaron de que la mayoría de los heridos están recibiendo el alta médica, aunque la condición de algunos es crítica.
Los vehículos accidentados conducían por la carretera entre la capital afgana, Kabul, y la ciudad de Kandahar, en el sur de este país asiático.
Los accidentes resaltan las preocupaciones persistentes sobre la seguridad vial en Afganistán, debido a la baja calidad de las infraestructuras, especialmente en las principales carreteras, la falta de señales de tráfico y la irresponsabilidad de algunos conductores, lo que genera un tráfico intenso y unas condiciones peligrosas para la conducción.
La mayoría de los accidentes en Afganistán se atribuyen principalmente al incumplimiento de las leyes de tráfico, las condiciones de las carreteras, el exceso de velocidad, la falta de carreteras estándar y de señales de tráfico. Además, el desarrollo de las ya frágiles infraestructuras del país han sufrido un serio declive tras la vuelta de los talibanes al poder en agosto de 2021.
Con el bloqueo de las reservas internacionales, como parte de las sanciones al régimen de los fundamentalistas, y de los fondos de asistencia para el desarrollo, los talibanes afrontan graves problemas financieros para hacer frente a las necesidades más básicas del país.
En julio, 17 personas murieron y 34 resultaron heridas tras caer un autobús por un barranco en el norte de Afganistán.