El atropello masivo de este viernes en un mercadillo navideño de la ciudad alemana de Magdeburgo, que según las autoridades del estado de Sajonia-Anhalt, se trata de un atentado terrorista, cuenta con dos trágicos precedentes históricos: los ataques en Berlín en 2016 y en Estrasburgo en 2018:
El 19 de diciembre de 2016, Anis Amri, un ciudadano tunecino de 24 años, entró a toda velocidad con un camión en el mercadillo navideño ubicado junto a la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm en Breitscheidplatz en el distrito de Charlottenburg de Berlín. Como consecuencia del atropello masivo murieron 12 personas, una de ellas el conductor original del vehículo, y otras 561 resultaron heridas. Amri se dio a la fuga y fue abatido cuatro días más tarde en Milán al ser interceptado en un control rutinario a la salida de la estación de tren y negarse a mostrar su documento de identidad a los agentes. Pocas horas después de su muerte, se divulgó un vídeo del autor del atentado donde aparecía jurando lealtad a la organización terrorista Estado Islámico.
Dos años más tarde del atentado de Berlín, el 11 de diciembre de 2018, el terrorismo yihadista volvió a atacar un mercadillo navideño. En este caso el ubicado cerca de la plaza Kléber de la población francesa de Estrasburgo. Aquel día, Chérif Chekatt, de 29 años y nacido en la ciudad de una familia argelina, abrió fuego contra los asistentes al mercadillo al grito de «Allahu akbar». En el atentado murieron 5 personas y otras 11 resultaron heridas, 5 de ellas de gravedad. Igual que el tunecino Amrni, Chekatt logró huir en un taxi del lugar de los hechos. Dos días después, fue abatido por la policía francesa en el barrio de Neudorf. Su nombre aparecía en una lista de sujetos con potencial riesgo para la seguridad del Estado.